“Hay gente que tiene alguna de esas opiniones que no las lleva hasta promover la violencia, pero que acepta algunos de esos prejuicios, dando peso a la visión islamista extrema y diciéndole a los demás musulmanes que ellos son parte de eso”, dijo Cameron en un foro sobre seguridad organizado en la capital eslovaca, Bratislava.
Hay gente que tiene alguna de esas opiniones que no las lleva hasta promover la violencia, pero que acepta algunos de esos prejuicios, dando peso a la visión islamista extrema y diciéndole a los demás musulmanes que ellos son parte de eso", dijo el primer ministro británico.
Entre esas posturas políticas estigmatizadas por Cameron están la crítica de la cultura o los sistemas occidentales, la crítica a la ideología demócrata y la disidencia sobre los roles de género promovidos por el capitalismo occidental.
Posturas presentadas por el premier británico de forma caricaturesca: “Es una ideología islamista extremista, que dice que el Occidente es malo y la democracia es un error, que las mujeres son inferiores y que la homosexualidad es mala”, expresó el líder conservador británico.
“Si eres un chico perturbado, enfadado con el mundo, (…), y hay algo que se justifica discretamente en Internet o incluso quizá en partes de tu comunidad local, deja de haber tanta distancia entre ser un adolescente británico y un combatiente del EIIL”, fueron las palabras más polémicas.
Exactamente, ¿quién, dentro de la comunidad musulmana mayoritaria, justifica a EIIL (Daesh, en árabe)? Nómbrelos y abochórnelos. No hay nada más insidioso que una generalización sin fundamento, que siembra la duda sin nombrar nunca a los acusados, exige la periodista Myriam Francois-Cerrah.
Las declaraciones, formuladas desde un Gobierno criticado por su promoción de la islamofobia, han suscitado rápidamente la reacción de numerosos musulmanes británicos, irritados por que se los meta en el mismo saco con criminales violentos.

“Exactamente, ¿quién, dentro de la comunidad musulmana mayoritaria, justifica al EIIL (Daesh, en árabe)? Nómbrelos y abochórnelos. No hay nada más insidioso que una generalización sin fundamento, que siembra la duda sin nombrar nunca a los acusados”, escribió la periodista británica Myriam Francois-Cerrah tras el discurso en la página Newstatesman.
“Este llamado a que los musulmanes ayuden más, sin entender lo que ya están haciendo, desmoralizará precisamente a las personas que van a seguir dirigiendo esta lucha”, ha escrito por su parte la baronesa Sayeeda Warsi, que entre 2012 y 2014 fue ministra principal del Estado para Asuntos Exteriores y de la Mancomunidad de Naciones.
Nuestra implicación en Irak radicalizó a toda una generación que veía nuestra implicación como un ataque al Islam, reconoció en 2010 la exdirectora de la Inteligencia interior británica, Eliza Manningham-Buller.
Otros activistas musulmanes, como el antiguo prisionero en Guantánamo Moazzam Beg, han recordado que, a diferencia de Cameron el viernes, otros responsables británicos sí han reconocido la influencia de la política belicista de Londres en la radicalización de numerosos jóvenes.

“Nuestra implicación en Irak radicalizó a toda una generación que veía nuestra implicación como un ataque al Islam”, reconoció en 2010 otra baronesa, Eliza Manningham-Buller, que dirigió el servicio de Inteligencia británico MI5 entre 2002 y 2007, apoyando la “guerra contra el terrorismo” estadounidense y defendiendo la tortura como método de obtención de información.
Otros, como el periodista Mehdi Hasan, han apuntado al doble rasero de Cameron, cuyo Gobierno contribuyó a crear con sus operaciones militares de 2011 un bastión del terrorismo en Libia, y que ahora justifica la agresión militar saudí a Yemen.
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