El sábado, la cadena Al-Mayadeen informó sobre la muerte de cuatro personas y la lesión de tres más tras un ataque con dron del régimen israelí contra un vehículo en la región de Doha Kefarsim, en el distrito de Nabatieh, al sur del Líbano.
Hasta el momento, Israel no ha proporcionado ninguna información sobre el bombardeo.
El ataque tuvo lugar dos días después de que el presidente de Líbano, Michel Aoun, ordenara al Ejército que “haga frente a cualquier incursión israelí”, tras la muerte de un funcionario a manos de las tropas israelíes durante una operación en la ciudad de Blida. Este suceso fue calificado por el primer ministro libanés, Nawaf Salam, como un “ataque flagrante a las instituciones y la soberanía” del país.
Dadas las importantes pérdidas sufridas durante 14 meses de conflicto y el fracaso en alcanzar sus objetivos militares en la agresión contra el Líbano, Israel se vio obligado a acordar un alto el fuego con el Movimiento de Resistencia Islámica de Líbano (Hezbolá), que entró en vigor el 27 de noviembre de 2024.
Israel exige el desarme de Hezbolá, pero el movimiento se niega a aceptar esta condición debido a las continuas violaciones del alto el fuego por parte de Israel.
De hecho, en septiembre, el Ejército libanés denunció que Israel había violado más de 4500 veces el alto el fuego acordado en 2024 y mantiene el control de cinco zonas clave en el sur libanés: Labbouneh, el monte Blat, la colina Owayda, Aaziyyeh y la colina Hammamis, todas situadas cerca de la frontera.
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