La movilización se volvió violenta cuando la Policía impidió el ingreso de los indignados al Parlamento, quienes exigían una solución inmediata al problema, coreando eslóganes antigubernamentales.
Según informes, al menos uno de los manifestantes y un agente resultaron heridos por los enfrentamientos.
Este conflicto social comenzó tras el cierre del vertedero de Naame, el pasado 17 de julio, y el fin del contrato con la sociedad Sukleen, encargada de recoger la basura.
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