“La Fiesta de la Resistencia y la Liberación es una clara declaración de la caída del llamado invencible ejército sionista”, señaló el vicesecretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), el sheij Naim Qasem.
En declaraciones vertidas con ocasión del 20.º aniversario de la liberación del sur de El Líbano, recogidas el lunes por la cadena local de noticias Al-Manar, el sheij Qasem subrayó que la derrota de Israel se debió a tres elementos clave, a saber: el Ejército, el pueblo y la resistencia libaneses.
El histórico triunfo, prosiguió, ha abierto la puerta a más victorias para El Líbano, Palestina y toda la región de Asia Occidental ante el régimen israelí, así como las conspiraciones de EE.UU., entre ellas la creación del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
“Hemos pasado de la etapa de la desesperación a la esperanza, de la rendición a la resistencia, de la humillación al honor y de la derrota a la victoria”, señaló; no obstante, destacó la necesidad de continuar resistiendo ante los planes de Israel y sus aliados, entre ellos Washington.
Al respecto, el alto mando de Hezbolá insistió en que no se debe confiar en EE.UU. ni en el Occidente, así como tampoco en las soluciones que ofrecen para los conflictos regionales, pues, aseveró, tales potencias apoyan las agresiones de Israel contra los palestinos.
El 25 de mayo de 2000, Hezbolá logró derrotar a las fuerzas israelíes y les obligó a retirarse de las sureñas zonas del territorio libanés después de 22 años de ocupación, consiguiendo así una victoria histórica ante el régimen de Tel Aviv. Por tanto, ese día ha pasado a conocerse como el Día de la Resistencia y la Liberación.
Desde entonces, el movimiento libanés se ha convertido en una poderosa fuerza militar y asegura estar totalmente listo para hacer frente a cualquier agresión del régimen de Tel Aviv, situación reconocida también por varios funcionarios israelíes.
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