Aoun recalcó el valor del rol político de Hezbolá en una reunión mantenida ayer viernes en Beirut (la capital libanesa) con el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, a quien recordó también el gran apoyo y raigambre popular de que goza el movimiento.
En esta misma línea, Aoun defendió la presencia de Hezbolá en el Gobierno y Parlamento libaneses, donde representa “una de las principales religiones de El Líbano”: el Islam.
Con estas declaraciones el mandatario expresaba su rechazo a la hostilidad de la Administración estadounidense a Hezbolá y, en particular, a sus medias coercitivas y acusaciones infundadas.
En los últimos años, EE.UU. ha impuesto varias rondas de sanciones a Hezbolá, al que ha incluido en su lista de organizaciones terroristas, pese a su protagonismo en la lucha antiterrorista tanto en territorio libanés como en Irak y Siria.
En su estancia en El Líbano, donde buscó sin éxito apoyo para su agenda antiraní y anti-Hezbolá, Pompeo se reunió también con otras personalidades, como el canciller Gebran Bassil y el presidente del Parlamento, Nabih Berri.
“Hezbolá es un partido libanés y no es terrorista, además goza de gran apoyo popular y tiene diputados en el Parlamento”, dijo Bassil en su encuentro con el secretario de Estado norteamericano.
Berri denunció además las sanciones de Washington al movimiento de resistencia libanesa, que a su juicio tendrán “un impacto negativo” para El Líbano y sus habitantes.
En el Gobierno libanés, formado en enero, Hezbolá ocupa tres Ministerios, incluido el de Salud. En las elecciones legislativas del 6 de mayo del año pasado, Hezbolá y sus aliados, el movimiento chií Amal y el cristiano Movimiento Patriótico Libre, liderado por el presidente Michel Aoun, consiguieron 67 de los 128 escaños del Parlamento.
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