“El régimen saudí está en la última fase de proceso de normalización de relaciones con el enemigo israelí, y lo que pasó ayer en la visita de las delegaciones de Bahréin y Emiratos Árabes Unidos (EAU) a organismos israelíes demuestra fehacientemente esta realidad”, argumenta este sábado Qauq.
Además —aduce—, el príncipe heredero saudí, Mohamad bin Salman, tiene planeado obligar a los países de la región a aceptar el llamado “acuerdo del siglo”: un controvertido pacto impulsado por Estados Unidos e Israel cuya meta es obligar a los palestinos a reconocer al régimen israelí y abrogar sus derechos en los territorios ocupados.
“Mohamad bin Salman trabaja para hacer realidad el acuerdo del siglo como si se tratara de un asunto normal, pero supone una gran amenaza contra los valores, intereses y la seguridad estratégica de los pueblos árabes”, ha agregado Qauq.
El régimen saudí está en la última fase de proceso de normalización de relaciones con el enemigo israelí, y lo que pasó ayer en la visita de las delegaciones de Bahréin y Emiratos Árabes Unidos (EAU) a organismos israelíes demuestra fehacientemente esta realidad”, ha advertido el jefe adjunto del Consejo Ejecutivo de de Hezbolá, el sheij Nabil Qauq.
El alto funcionario de Hezbolá, no obstante, ha hecho hincapié en que la Resistencia libanesa es un obstáculo insalvable para los planes saudíes, razón por la que está aumentando sus presiones contra Hezbolá.
Después de que Mohamad bin Salman se convirtiera en príncipe heredero de la monarquía árabe, este país ha suavizado gradualmente su postura pública hacia Israel para preparar a la opinión pública de su país y de otros países de cara a normalizar las relaciones con el régimen usurpador.
Informes recientes también sugieren que Arabia Saudí ha asumido un papel más activo en los esfuerzos de EE.UU. para negociar un acuerdo de “paz” entre los israelíes y los palestinos que ponga fin a un conflicto de décadas y que, según Riad, es un obstáculo para sus relaciones abiertas con el régimen de Tel Aviv.
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