• La periodista judío-estadounidense, Noa Avishag Schnall
Publicada: sábado, 1 de noviembre de 2025 17:48

Una periodista judío-estadounidense detenida por sumarse a una flotilla de ayuda con destino a Gaza denuncia haber sufrido y presenciado torturas en prisión israelí.

La periodista judío-estadounidense, Noa Avishag Schnall, que participó en la Coalición de la Flotilla de la Libertad, ha compartido este sábado su testimonio en un vídeo publicado en su cuenta de red social X.

“Lo que nos sucedió públicamente no se compara con lo que ocurre a diario —y sigue ocurriendo— a nuestros hermanos palestinos en la oscuridad. No hay punto de comparación”, ha afirmado.

La periodista continuó relatando que fue golpeada por los guardias de la prisión tras ser esposada de pies y manos.

“Me colgaron como a un cerdo en un palo, si se lo pueden imaginar. Luego me llevaron a la habitación y me golpearon sin piedad en la cabeza, el estómago y la oreja”, ha declarado.

Al señalar que uno de los guardias se sentó sobre su cuello y su cara hasta el punto de impedirle respirar, Schnall ha añadido que las ataduras le dejaron los tobillos magullados y los dedos entumecidos.

“Sabía que podía aguantar, que tenía fecha de caducidad. Sabía que íbamos a salir. Tengo pasaporte estadounidense. Los palestinos no tienen ese privilegio”, ha subrayado.

Además, ha añadido que se unió a la flotilla por “responsabilidad personal” y descrito un “racismo manifiesto” en el trato que recibían los detenidos.

“Nuestro camarada tunecino, nuestro camarada turco, a quien simplemente confundieron con un árabe… vi cómo los seleccionaban de inmediato, y ellos fueron los que peor lo pasaron. Lo vi con mis propios ojos. Vi sus cuerpos ensangrentados”, ha manifestado.

Según la periodista, las fuerzas israelíes separaron a hombres y mujeres antes de trasladarlos a la prisión de Ketziot, situada en el desierto del Néguev (suroeste de Palestina ocupada).

Ha relatado que “Los hombres nos contaron que los despertaron perros amenazantes y soldados armados”, y ha informado que “A las mujeres, incluidas las de nuestra celda, las despertaron con amenazas de violación. Todo era como una tortura psicológica, con elementos de agresión sexual”.

Schnall ha añadido que, un día después de que Israel liberara al último de los detenidos de la flotilla, comenzó a liberar a 2000 palestinos, unos 1700 de Gaza.

“El hecho de que nos liberen antes que a ellos es una injusticia flagrante, una cuestión de pasaporte y nacionalidad. Miren los cuerpos que están devolviendo ahora: cuerpos con señales de tortura, de ejecución, algunos incluso irreconocibles, aún con grilletes”, ha asegurado.

“Y eso ocurrió en Ketziot y otras prisiones”, ha recalcado.

Schnall se encontraba entre las decenas de periodistas y activistas que zarparon a bordo del Conscience, el buque insignia de la Coalición Flotilla de la Libertad, que intentó romper el prolongado bloqueo israelí a Gaza.

El 8 de octubre, tropas del régimen de Israel interceptaron la flotilla en aguas internacionales, abordaron los barcos y detuvieron a los participantes. Los detenidos fueron posteriormente trasladados a prisiones israelíes, incluida la de Ketziot, tristemente célebre por las torturas y los tratos inhumanos.

Organizaciones de derechos humanos estiman que el régimen usurpador mantiene actualmente a más de 9000 palestinos en prisiones y centros de detención, entre ellos mujeres y niños.

Las organizaciones de derechos humanos han pedido repetidamente investigaciones independientes sobre los abusos contra los derechos humanos de los presos palestinos en cárceles israelíes.

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