• Miembros de la Guardia Nacional de EE.UU. montan guardia frente a los jardines de la Casa Blanca, sede presidencial en Washington DC., 31 de mayo de 2020. (Foto: AP)
Publicada: sábado, 3 de octubre de 2020 14:41

Las Fuerzas Armadas de EE.UU. no se han visto afectadas para defender el país después de que el presidente Trump se contagiara con la COVID-19.

Uno de los portavoces del Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono), Jonathan Hoffman, dijo en un comunicado emitido el viernes que no ha habido ningún cambio en “los niveles de alerta” del órgano militar, después de que se supiera que el presidente estadounidense, Donald Trump, y su esposa, Melania, habían dado positivo en la prueba de la COVID-19.

El Ejército de Estados Unidos permanece preparado para defender nuestro país e intereses. No hay ningún cambio en la disposición o capacidad de nuestras Fuerzas Armadas. Nuestro comando nacional y estructura de control no están afectados de ninguna manera por este anuncio”, reza la nota del Pentágono.

El mandatario estadounidense anunció en la madrugada del viernes que él y la primera dama, Melania Trump, habían contraído el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19. Pese a que en un principio presentaban síntomas leves, el estado de salud del líder republicano fue empeorando a lo largo de la jornada de ayer, al punto de que lo han tenido que trasladar a un hospital militar para tratar su afección respiratoria y ponerlo en cuarentena y bajo observación médica.

 

Coincidiendo con este anuncio del dirigente estadounidense dos aviones militares E-6B Mercury, conocidos coloquialmente como “aviones del Juicio Final”, con capacidad para lanzar misiles balísticos intercontinentales (ICBM, por sus siglas en inglés), fueron vistos sobre el cielo de Washington DC, capital federal de EE.UU., conforme informaron los medios de comunicación locales.

A ese respecto, Hoffman explicó que los E-6B estaban volando en el marco de misiones planeadas con anterioridad y que cualquier coincidencia temporal con el anuncio del mandatario estadounidense fue “puramente casualidad”.

Los medios estadounidenses sostienen que si el estado de salud del presidente se deteriora al grado de que no pudiera seguir cumpliendo con sus funciones presidenciales, se le inhabilitaría temporalmente en marco de un mecanismo de cesión de poder que, históricamente, hace que el Pentágono aumente su estado de vigilancia ante posibles amenazas a la seguridad territorial de Estados Unidos.

Por su parte, la oficina del vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, el primero en la línea de sucesión del mandatario, anunció el mismo viernes que él y su esposa Karen Pence habían dado negativo en la prueba diagnóstica de la COVID-19.

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