“Todos los estadounidenses tienen derecho a participar en boicots en busca de los derechos civiles y humanos en el país y en el extranjero, tal como lo protege la Primera Enmienda a la Constitución”, se lee en la resolución presentada por la congresista demócrata por el estado de Minnesota.
Si bien la resolución no menciona explícitamente a Israel o a la campaña del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), Omar dijo a los medios de comunicación que la resolución concierne al régimen de Tel Aviv.
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El proyecto de ley está patrocinado conjuntamente por el congresista de Georgia John Lewis y la demócrata de Michigan Rashida Tlaib, quien junto con Omar, es una de las cuatro congresistas, blanco de los comentarios racistas del presidente de EE.UU., Donald Trump.
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Dicha resolución busca oponerse a “los derechos legislativos inconstitucionales que limitan el uso de boicots para promover los derechos civiles en el país y en el extranjero”.
Todos los estadounidenses tienen derecho a participar en boicots en busca de los derechos civiles y humanos en el país y en el extranjero, tal como lo protege la Primera Enmienda a la Constitución”, se lee en una resolución presentada por la congresista demócrata por el estado de Minnesota, Ilhan Omar.
La moción de Omar responde a la decisión de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de avanzar cinco proyectos de ley a favor de Israel.
¿Qué es el BDS contra Israel?
El movimiento BDS es una campaña global que busca aplicar presión financiera a Israel para obligarlo a cumplir con las normas según el Derecho Internacional, incluida la retirada de los territorios ocupados, la eliminación del muro de separación de Cisjordania y el derecho de retorno para los refugiados palestinos.
Así, los tres ejes principales de BDS son: ocupación, colonización y apartheid. La campaña no se dirige contra las ciudadanas y ciudadanos judíos, ni mucho menos contra los judíos del mundo (muchos judíos participan en el BDS, también dentro de los territorios ocupados), sino contra las instituciones que sostienen y financian las políticas de Israel en los territorios palestinos ocupados.
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Esta campaña nació en el seno de la propia sociedad palestina y se extendió hacia el exterior. Ello le da una legitimidad y una fortaleza ética enorme, evitando así los riesgos de caer en el paternalismo y el eurocentrismo en solidaridad internacional con Palestina.
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