La oficina del inspector general del organismo, John V. Kelly, en un informe publicado el viernes, advirtió de las malas condiciones percibidas en varias inspecciones realizadas en un centro de detención en el El Paso, en el estado sureño de Texas.
El documento afirma que el centro tiene capacidad para alojar a 125 personas, pero albergaba hasta 900 migrantes a principios de mayo. De acuerdo con el informe, la mayoría de los detenidos se encontraban hacinados en celdas diseñadas para permanecer de pie por días e incluso semanas mientras los estándares gubernamentales solo permiten 72 horas.
“No pueden seguir estando en habitaciones diseñadas para estar solo de pie por semanas mientras se construyen carpas adicionales”, denuncia el informe, precisando que debido al abarrotamiento los confinados “se paraban en los sanitarios para hacer espacio para respirar”.
No pueden seguir estando en habitaciones diseñadas para estar solo de pie por semanas mientras se construyen carpas adicionales”, señala el informe de la oficina del inspector general del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. sobre las malas condiciones de hacinamiento e insalubridad de un centro de detención de migrantes en Texas.
Tras criticar las malas condiciones higiénicas de las celdas y el acceso limitado de los detenidos a ropa limpia y duchas en dicho centro, el reporte advierte del riesgo de la expansión de “enfermedades infecciosas como influenza o varicela”, ya que el hacinamiento impide la separación de los enfermos de los que están sanos.
“La situación actual de la frontera representa una crisis aguda y cada vez más grave. Nuestra inmigración no está preparada para acomodar un patrón de migración como el que estamos experimentando ahora”, admite el Departamento estadounidense de Seguridad Nacional.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ferviente partidario de la mano dura contra la migración, ha sido muy criticado dentro y fuera de EE.UU. por su política de “tolerancia cero” frente a la inmigración irregular, que ha conducido a la separación de las familias sin papeles en la frontera con México.
Y en esta situación, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. (HHS, por sus siglas en inglés) reveló en febrero que había recibido 4556 denuncias de abusos sexuales contra los niños migrantes no acompañados en las instalaciones en la frontera con México entre 2014 y 2018.
El Gobierno estadounidense ha blindado las fronteras del sur del país e incluso ha autorizado a sus soldados desplegados en la frontera con México a usar la “fuerza letal” contra los migrantes si lo creen necesario.
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