El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, se negó el martes a confirmar el apoyo de EE.UU. a la creación de “un Estado palestino”, después de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, prometiera el sábado que, de ser reelegido en las elecciones de este martes, “extenderá la soberanía” israelí sobre más tierras de la Cisjordania ocupada.
Ante tal promesa, cuando los demócratas le preguntaron a Pompeo en un subcomité del Senado que si respaldaba la llamada “solución de dos estados”: uno palestino y el otro israelí, el jefe de la Diplomacia estadounidense se limitó a decir que “finalmente los israelíes y los palestinos decidirán cómo resolver” el conflicto de más de siete décadas.
Pompeo prometió, sin embargo, que la Administración del presidente republicano, Donald Trump, resolverá el conflicto “que las Administraciones anteriores no pudieron resolver”.
Jared Kushner, yerno y el principal asesor de Trump en asuntos del Oriente Medio —que tiene lazos comerciales con el régimen de Israel—, y Jason Greenblatt, su representante especial para las negociaciones internacionales, presentarán “pronto” una propuesta que pondrá fin a esta cuestión, aseguró el alto diplomático sin entrar en los detalles.
“Tenemos ideas diferentes y únicas que permitirán que los palestinos e israelíes lleguen a una resolución sobre el conflicto”, enfatizó.
Tenemos ideas diferentes y únicas que permitirán que los palestinos e israelíes lleguen a una resolución sobre el conflicto”, dijo el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, aunque no llegó a esclarecer su apoyo a la llamada “solución de dos estados”.
Desde su llegada a la Casa Blanca en 2016, Trump ha hecho lo imposible para mostrar su lealtad a Israel. Reconoció la ciudad palestina de Al-Quds (Jerusalén) como capital israelí, reconoció la soberanía israelí sobre el lado ocupado de los altos sirios del Golán y últimamente ha incluido al Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán en su lista de grupos terroristas, tal y como deseaba Netanyahu.
Palestina, que considera a Washington “un socio de la ocupación” del régimen israelí, asegura que ya no aceptará una oferta de paz que no incluya su derecho a tener un Estado soberano con Al-Quds como capital.
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