A través de un comunicado, el Departamento de Justicia estadounidense ha confirmado que el tribunal de la ciudad de Cincinnati, en Ohio (centro-este), añadió un cargo al expediente de Christopher Lee Cornell por “intentar dar apoyo material a una organización terrorista extranjera”.
“El apoyo material era personal, ya que el acusado pretendía ejecutar por sí mismo un ataque contra el Capitolio”, reza la nota, que menciona los planes del acusado para “persuadir a otros para que maten a empleados de EE.UU”.

El hombre de 21 años de edad fue detenido el pasado enero y, según la policía, tenía planeado atacar el Capitolio y asesinar a funcionarios del Gobierno, incluido el mismo presidente Barack Obama.
Según este documento, Lee Cornell, en caso de ser hallado culpable de este último cargo, enfrentará una pena de hasta 15 años de prisión, mientras que por las otras acusaciones podría recibir condenas de entre cinco y veinte años de cárcel.
La presencia de elementos que respaldan a Daesh en EE.UU. se hace evidente cada vez más. El domingo, se registró un ataque de supuestos integrantes de este grupo takfirí contra el Centro Curtis Culwell, situado en la ciudad de Garland, en el estado de Texas (sur de EE.UU.) cuando albergaba un provocador concurso islamófobo de caricaturas del Profeta del Islam, el Hazrat Mohamad (la paz sea con él).

No obstante, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, expresó el martes que era demasiado pronto para señalar a Daesh como responsable del tiroteo mortal.
El Departamento de Defensa (el Pentágono), reiterando el jueves las declaraciones de Earnest, descartó que el EIIL hubiera “dirigido” el ataque, si bien dijo que pareciera haber sido “inspirado” por esta banda terrorista.
Los autores del ataque al Centro Curtis Culwell, identificados como Elton Simpson y Nadir Soofi, dispararon contra un agente de seguridad pero fueron abatidos a tiros por el agente de seguridad Bruce Joiner, quien resultó herido en un tobillo.
Daesh, que asumió la autoría de los ataques, afirmó tener unos 71 miembros entrenados en 15 estados de EE.UU. y listos para perpetrar atentados.
Las autoridades estadounidenses han expresado su preocupación por el regreso de los estadounidenses que luchan en las filas terrroristas en Siria e Irak.
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