• Gary Johnson, gobernador republicano de Nuevo México entre 1993 y 2005 y candidato del Partido Libertario a la Presidencia estadounidense en 2016, 9 de mayo de 2016.
Publicada: lunes, 30 de mayo de 2016 16:35
Actualizada: miércoles, 26 de abril de 2017 10:20

El descrédito de los ya más que probables candidatos republicano y demócrata en EE.UU. podría dar una relevancia inaudita a la candidatura presidencial del Partido Libertario, decidida el domingo.

“Podríamos recaudar millones (de dólares), y creo que es una oportunidad extraordinaria tener dos candidatos de los partidos principales tan increíblemente impopulares dentro de sus propios partidos”, dijo ayer domingo a Politico el cofundador de la formación, Edward Crane.

El también expresidente del Instituto Cato formuló estas declaraciones durante la convención del partido en la ciudad floridana de Orlando (sudeste), que se saldó con la designación como candidato de Gary Johnson, empresario, atleta y gobernador del estado de Nuevo México entre 1995 y 2003.

Podríamos recaudar millones (de dólares), y creo que es una oportunidad extraordinaria tener dos candidatos de los partidos principales tan increíblemente impopulares dentro de sus propios partidos”, dice el cofundador del Partido Libertario y expresidente del Instituto Cato Edward Crane.

Pese a ser el favorito, Johson fue elegido sólo en segunda vuelta, con un 55,8 % de los votos. En la primera había logrado el 49,5 %, frente al 21,3 % consultor empresarial Austin Petersen.

Johnson defiende la línea habitual de liberalismo minarquista de su partido: Gobierno reducido, recortes de impuestos y gasto social, y primacía general del individualismo. Su candidato a vicepresidente será el exgobernador de Massachusetts (noreste) William Weld, del que Johnson ha elogiado su capacidad para recaudar fondos y el que esté “bien conectado”.

La designación de Johnson y Weld ha sido celebrada por el analista republicano William ‘Bill’ Kristol, uno de los influyentes formadores de opinión “neoconservadores” que a principios de marzo se declararon en pie de guerra frente al que presumiblemente será candidato de su partido, el magnate neoyorquino Donald Trump.

 

Mientras inmigrantes hispanos en Estados Unidos y musulmanes ven con aprensión el avance de Trump y sus exabruptos xenófobos e islamófobos, el sector hasta ahora dominante del Partido Republicano teme sobre todo un supuesto aislacionismo del magnate que podría ser contrario a su belicismo expansionista.

El objetivo de los libertarios es ahora, según medios de prensa estadounidense, recaudar fondos entre los republicanos más liberales a los que desagrada la retórica incendiaria y ofensiva de Trump. Tanto Johnson como Weld fueron gobernadores con el apoyo del Partido Republicano.

En la convención, Johnson tachó de “racista” a Trump, cargando con especial dureza contra su promesa de deportar a los estimados 11 o 12 millones de trabajadores que residen actualmente indocumentados en EE.UU.

El Partido Libertario es la única formación, al margen de demócratas y republicanos, a la que se atribuye capacidad efectiva de entrar en liza en los 50 estados de EE.UU., en un momento en que, según una encuesta publicada a principios de mayo, el 65 % de los electores estadounidenses estarían dispuestos a apoyar, en los comicios del 8 de noviembre, a un candidato que no sea ni Trump ni la candidata demócrata, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton.  

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