En declaraciones a la cadena catarí Al Jazeera, el funcionario ha señalado que tanto Estados Unidos como el movimiento popular yemení Ansarolá siguen respetando el alto el fuego mutuo.
A comienzos de este mes, las dos partes acordaron una tregua mediada por Omán, que prohíbe a ambos lados atacarse entre sí, incluidos los buques estadounidenses, con el fin de garantizar un paso marítimo seguro.
Antes de este acuerdo, Washington había intensificado considerablemente sus ataques letales contra Yemen, en un intento de presionar a Saná para que detuviera sus ofensivas contra el régimen israelí, el aliado regional más cercano de Estados Unidos.
El funcionario también ha subrayado que Israel no informa previamente a Estados Unidos sobre todos sus ataques contra objetivos relacionados con Ansarolá.
El viernes, fuerzas israelíes llevaron a cabo nuevos bombardeos contra instalaciones portuarias en la región porturia yemení de Al-Hudayda. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró que “esto es solo el comienzo” y prometió intensificar los ataques contra la estructura de mando y los activos estratégicos del grupo.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Yemen, en un comunicado emitido el mismo viernes, afirmó que la repetida agresión contra los puertos yemeníes evidencia el rotundo fracaso de la entidad ocupante en alcanzar sus objetivos. Asimismo, condenó el silencio absoluto de la comunidad internacional frente a la agresión israelí.
Por su parte, Mohammad al-Bujaiti, otro alto dirigente de Ansarolá, señaló que las operaciones en curso de Yemen contra el régimen israelí en apoyo a la Franja de Gaza no están sujetas al acuerdo de alto el fuego.
Desde que Tel Aviv lanzó su devastadora ofensiva contra el territorio palestino sitiado en octubre de 2023, las fuerzas armadas yemeníes han estado atacando objetivos israelíes y estadounidenses en el mar en respaldo al pueblo palestino en Gaza.
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