“No vamos a dejar que golpeen como piñata a nuestros policías y militares”, ha enfatizado este sábado el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, durante su informe semanal de labores.
No vamos a dejar que golpeen como piñata a nuestros policías y militares”, ha expresado el presidente ecuatoriano Rafael Correa.
En sus declaraciones, ha reprochado los ataques perpetrados contra uniformados durante las manifestaciones realizadas en las últimas semanas que dejaron heridos a varios agentes y, al tiempo, ha desmentido las alegaciones de la parte opositora en cuanto a la naturaleza pacífica de las marchas.
“No son marchas pacíficas cuando lanzan adoquines a los policías”, ha reiterado Correa para luego agregar que “nadie puede considerarse por encima de la ley”.

Al revelar que los indignados están en busca de regresar al país a la época de las cavernas, ha aseverado ante miles de sus afiliados que “no claudicará” frente a esos intentos.
Asimismo, ha atribuido estas acciones desestabilizadoras al sector opositor por su derrotada repetida en las urnas.
El jefe de Estado, en una columna de opinión publicada el viernes en el diario local El Telégrafo, luego de tachar de "fraccionada" y "violenta" a la oposición ecuatoriana, aseguró que su Gobierno defiende los intereses de la mayoría y no solo los de ciertos sectores.
Desde el pasado 5 de junio, fecha en que el Gobierno de Quito presentó el Proyecto de Ley de Herencias ante la Asamblea Nacional, diferentes ciudades han sido testigos de movilizaciones tanto a favor como en contra del presidente Correa.

El Ministerio de Justicia de Ecuador ha informado que al menos 105 agentes de la policía y otros 11 militares han resultado heridos desde el comienzo de las recientes marchas antigubernamentales organizadas por la derecha interna.
El jefe de Ejecutivo de Ecuador afirma que las movilizaciones de la derecha forman parte de una conspiración dirigida por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés).
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