“La política del Occidente hacia nuestro país se ha basado en impedir la cooperación estratégica de Irán con Oriente y la continua dependencia de la economía nacional de los [ingresos] petroleros”, ha aseverado este domingo el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Shamjani, a través de su cuenta de Twitter.
Esto mientras que, “desde hace mucho tiempo, Irán ha decidido dar estos dos pasos para impulsar la cooperación estratégica con el Este y reducir la dependencia económica de los petrodólares”, ha enfatizado, añadiendo que la nación persa superará los desafíos existentes mediante la resistencia activa y el fortalecimiento de la solidaridad nacional.
El Gobierno persa anunció el 24 de junio la redacción del borrador de la hoja de ruta de cooperación estratégica de 25 años entre Irán y China, aprobada a finales de 2019, que establece una cooperación bilateral de carácter integral en muchos sectores, hecho que ha suscitado gran preocupación entre las autoridades estadounidenses.
La hoja de ruta de cooperación Irán-China consta de 20 artículos, que cubren los lazos entre los dos países en los ámbitos “político”, “de cooperación ejecutiva”, “cultural”, “seguridad y poder defensivo” y “regional e internacional”.
De concretarse, el acuerdo hará que China invierta alrededor de 400 millardos de dólares en los sectores de la energía y las infraestructuras de Irán durante un período de 25 años. A cambio, Teherán garantizará a la parte china un suministro estable de productos energéticos clave. La hoja de ruta también incluye algunos términos específicos sobre la expansión de la seguridad y la cooperación militar entre los dos países.
No obstante, los dos Estados han estado fomentando sus relaciones en una diplomacia activa y mantienen cooperaciones en los ámbitos económico, comercial y energético, en el marco del derecho internacional y en función del respeto y los intereses mutuos, y no se han apartado de estas premisas en décadas, sobre todo en los momentos difíciles que les ha tocado vivir en el escenario internacional.
Dadas las continuas políticas destructivas del Gobierno de EE.UU., presidido por Donald Trump y, por supuesto, la crisis generada por el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, las relaciones entre Teherán y Pekín se hallan en una nueva fase, que no pierde de vista su fraternidad e interacción de larga data.
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