“La verdadera magnitud del daño infligido al régimen sionista no ha sido anunciada”, declaró el jueves el general de brigada Fatholah Yafari, el asesor del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán y director del instituto de investigación de mártir Baqeri, en un acto en la ciudad de Yiroft, provincia de Kerman (sureste de Irán).
“El perjuicio fue mucho mayor del que se ha hecho público; su capacidad operativa y su infraestructura quedaron destruidas”, remarcó.
El 13 de junio, el régimen israelí llevó a cabo un acto ilegal de agresión contra Irán, asesinando a altos mandos militares, científicos nucleares y ciudadanos comunes. En represalia a las agresiones, las Fuerzas Armadas iraníes atacaron sitios estratégicos en los territorios palestinos ocupados, en el marco de la operación “Verdadera Promesa III”.
El 22 de junio, Estados Unidos intervino y bombardeó tres instalaciones nucleares iraníes, en abierta violación del derecho internacional. En ejercicio de su derecho a la legítima defensa, Irán atacó la base aérea de Al Udeid en Catar, la mayor instalación militar estadounidense en Asia Occidental. Finalmente, un debilitado Israel se vio obligado a aceptar unilateralmente un acuerdo de alto el fuego el 24 de junio.
“El enemigo pensó que después de años de planificación secreta podría tomar a Irán por sorpresa, pero la presencia del pueblo, el Líder de la Revolución Islámica, el espíritu de los voluntarios y la preparación defensiva del país anularon todos los cálculos de Israel y Estados Unidos”, destacó Yafari.
Según el referido asesor, Washington y el régimen de Tel Aviv habían invertido una década de trabajo de inteligencia para provocar protestas internas en Irán tras la agresión, pero la respuesta ciudadana fue “lo opuesto a lo que imaginaban”.
Asimismo, Yafari subrayó que el “traicionero” ataque conjunto estadounidense-israelí se produjo, mientras Teherán mantenía negociaciones indirectas con Washington sobre su programa nuclear pacífico.
Tras el asesinato de altos comandantes iraníes, Israel no esperaba que Teherán pudiera ejecutar una represalia coordinada, pero “la contundente respuesta se desarrolló, gracias a la nueva generación de fuerzas militares y al poder misilístico del país”, afirmó.
Medios extranjeros revelan el impacto de los misiles iraníes
Un análisis realizado a principios de julio por investigadores de la Universidad Estatal de Oregón mostró que misiles iraníes alcanzaron cinco instalaciones militares israelíes durante la guerra. El periódico británico The Telegraph informó que seis misiles impactaron en objetivos del norte, centro y sur de los territorios ocupados, entre ellos un centro de inteligencia y una base logística. Imágenes de radar confirmaron daños compatibles con golpes de misiles, nunca revelados por el ejército israelí.
Al mismo tiempo, autoridades israelíes reconocieron que la respuesta iraní provocó pérdidas económicas masivas. A finales de agosto, el medio israelí Ynet citó a la autoridad tributaria informando que los daños “alcanzaron niveles récord”, con 53 599 reclamaciones presentadas en solo 12 días.
El Instituto Weizmann de Ciencias, vinculado al servicio de espionaje israelí, Mossad, sufrió daños significativos. Numerosos negocios permanecieron cerrados durante largos periodos y los funcionarios advirtieron que las pérdidas indirectas serían aún mayores.
“El daño directo se estima en no menos de 4000 millones de NIS (nuevo séquel israelí) (1100 millones de dólares), y el daño indirecto, aún por calcular, ascenderá a varios miles de millones más,” señaló el director de la autoridad tributaria, Shay Aharonovich.
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