Por Humaira Ahad
Los lagos gemelos Siah Gav constituyen el único sistema lacustre gemelo de Irán, ofreciendo maravillas geológicas, especies raras y aguas minerales con propiedades terapéuticas. Cascadas como Mehuteh y Takhtan sostienen la vida nómada y atraen a ecoturistas con su belleza natural y sus caudales estacionales.
El camino se abre paso entre valles verdes, laderas cubiertas de robles y el humo que se eleva a lo lejos desde los kaneg (hogares de tiendas nómadas).
Las tiendas negras de las tribus nómadas salpican las colinas, y el aroma del pan saji, cocido sobre robles encendidos, impregna el aire. Es una región donde la vida ancestral nunca ha sido completamente interrumpida.
El viaje hacia Abdanan, una ciudad situada en la provincia de Ilam, al oeste de Irán, entre dos majestuosas cordilleras —Kabirkuh y Dinar—, es un recorrido a través de milenios de historia. La ciudad es frecuentemente considerada como un museo viviente de geología y mitología.
Su ubicación es una maravilla geográfica: la ciudad se encuentra entre dos imponentes cadenas montañosas, mientras sus caminos serpentean por los escarpados y sinuosos pasos de Kabirkuh, generando un aislamiento cargado de misterio.
La ruta desde Ilam es tortuosa. Cuanto más se avanza, más se estrechan las montañas Zagros, hasta que el mundo moderno comienza a sentirse lejano.
Abdanan, que emerge silenciosamente como uno de los destinos más fascinantes de Irán, ofrece a sus visitantes un tapiz sorprendentemente rico de paisajes —desde antiguas fortalezas hasta lagos prístinos y cascadas en caída libre—.
Ecos de fortalezas olvidadas
Erigido sobre la tierra, el Castillo Hezar Darb es una de las fortalezas más enigmáticas de Irán. Data de la era sasánida y fue construido con piedra labrada y guijarros de río; sus enormes arcos y muros permanecen en pie después de siglos de exposición a los vientos y a las guerras.
Con cámaras subterráneas, pisos superiores y conductos de ventilación incrustados en sus techos, la arquitectura del castillo transmite la riqueza histórica de Irán.
Hezar Darb, declarado patrimonio nacional, sigue siendo una de las joyas más preciadas de Abdanan. Los visitantes pueden asomarse desde sus ruinas y contemplar el despliegue de los valles. Un mirador que antaño sirvió para detectar enemigos ahora es ideal para observar aves cruzando los cielos de los Zagros.
A apenas 15 kilómetros de Abdanan se encuentran las ruinas de la Fortaleza Julian, conocida localmente como "Zhiliv". Situada sobre una cresta natural que domina la llanura, se cree que esta fortaleza tiene más de 1,500 años de antigüedad. Fue construida con piedra y yeso, y su estructura irregular pero robusta se adapta a la forma del cerro.
Al norte, a lo largo de la carretera Abdanan–Murmuri, el Castillo Hezarani permanece parcialmente sepultado por el tiempo. Construido sobre un cerro natural de 10 metros de altura, sus antiguos corredores de piedra ahora yacen fragmentados, aunque aún son visibles los vestigios de su diseño de la época sasánida.
Como sus fortalezas “hermanas”, Hezarani es un testimonio de supervivencia, habiendo resistido múltiples invasiones extranjeras. En las laderas altas del sur del monte Dinar, con vista a la llanura de Murmuri, se encuentra la Fortaleza Panj Barar, una construcción islámica erigida con enormes piedras extraídas de los ríos locales. Aunque parcialmente en ruinas, aún domina el horizonte de esta frontera meridional.
Lagos gemelos Siah Gav: Los ojos de la tierra
Situados al noreste de Abdanan, cerca del distrito de Sarabbagh, los lagos gemelos Siah Gav (Vaca Negra) constituyen el único sistema de lagos gemelos en Irán y una de sus maravillas geológicas más singulares. Los lagos, conectados por un canal natural de 8 metros de ancho y 70 metros de largo, ofrecen aguas cristalinas.
Los lugareños cuentan que los lagos llevan el nombre de la aldea de Siah Gav. Algunos creen que el nombre “Vaca Negra” proviene del agua oscura y rica en minerales, mientras que otros hablan de bestias acuáticas prehistóricas que habitaron estas profundidades, o comparan la forma de media luna de los lagos con los cuernos de un toro.
Los lagos gemelos Siah Gav albergan especies raras de peces, fósiles y reptiles. Una de sus características únicas es el agua fresca y refrescante en verano, y cálida durante el invierno. El sabor del agua varía según la composición de las rocas, los niveles de evaporación y el caudal.
Gracias a los manantiales subterráneos ricos en minerales, el agua contiene diversas sales minerales y azufre, que algunos habitantes atribuyen con propiedades terapéuticas, especialmente para dolencias digestivas.
La zona ofrece una biodiversidad abundante, especialmente en primavera y otoño, y es un santuario para aves migratorias.
Las cascadas de Abdanan
Las cascadas de Abdanan han marcado durante siglos el ritmo de vida en la región.
Entre las más famosas se encuentra la cascada Mehuteh, situada cerca de la aldea de Mahuteh, al sur. Allí, el agua que desciende del monte Dinar se encajona en un estrecho desfiladero, formando un paisaje escénico y una fuente vital para las comunidades nómadas y la agricultura local.
Al noroeste, en la aldea de Takhtan, otra cascada brota de las laderas sur de Kabirkuh. La cascada Takhtan también provee agua potable, canalizada para uso local. Una suave caminata de una hora conduce a su base, siendo una ruta predilecta para los ecoturistas.
Numerosas cascadas estacionales más pequeñas, que brotan durante las lluvias primaverales, conforman una sinfonía hidrológica en el área. En una época en la que viajar se ha convertido cada vez más en un listado de lugares por visitar y en un producto de consumo, Abdanan ofrece un encuentro con la autenticidad.
Aquí, la tierra aún habla en su idioma original a través de la piedra, el agua y el viento.
mkh