• Un caza F-22 Raptor estadounidense despega en una base aérea de Corea del Sur en Gwangju, 4 de diciembre de 2017.
Publicada: miércoles, 2 de mayo de 2018 7:29

A pesar del reciente acercamiento con Corea del Norte, EE.UU. ha enviado sus cazas furtivos F-22 Raptor a Corea del Sur para llevar a cabo maniobras aéreas conjuntas en una medida que parece ser para ejercer ‘la máxima presión’ sobre Pyongyang hasta que acepte desnuclearizarse en una cumbre en mayo.

Corea del Sur ha confirmado este miércoles el despliegue de varios aviones de combate F-22 Raptor en su territorio para participar en los ejercicios aéreos ‘Max Thunder’ que comenzarán el 11 de mayo con la participación de un centenar de aviones estadounidenses y surcoreanos.

El anuncio oficial llega después de que la prensa surcoreana informara el domingo de la llegada de ocho F-22, considerados los aviones de combate más avanzados del mundo, a la base militar de Gwangju, en el sur de la península. Es la primera vez que se movilizan en esta escala para el simulacro que durará dos semanas.

El diario surcoreano Chosun Ilbo ha afirmado que el objetivo de ese despliegue era aumentar la presión sobre Pyongyang antes del encuentro histórico entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un.

 

Mientras tanto, el Ministerio surcoreano de Defensa en un comunicado rechaza esta hipótesis y asevera que el ejercicio “estaba previsto mucho antes de que surgiera el proyecto de cumbre entre Estados Unidos y Corea del Norte” pidiendo a los medios evitar las “especulaciones” respecto a las intenciones de ese despliegue.

Unos F-22 Raptor, ya habían sobrevolado Corea del Sur en diciembre cuando Seúl y Washington realizaron sus mayores ejercicios aéreos, con los que pretenden mostrar músculo al Gobierno norcoreano, después de que este lanzara un misil balístico intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés) con la capacidad de “alcanzar fácilmente suelo estadounidense”.

Las autoridades norcoreanas siempre han rechazado con vehemencia el despliegue de aviones furtivos como los F-22, los F-35A o los F-35B, que, según ellas, pueden llevar a cabo ataques quirúrgicos.

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