Las fotografías fueron capturadas por la sonda Solar Orbiter (SolO) de ESA a una distancia de 77 millones de kilómetros de la superficie de nuestra estrella, lo más próximo que una cámara ha estado del astro.
Entre los datos asombrosos que la sonda reveló están pequeñas “hogueras”, que una millonésima del tamaño de las habituales tormentas que los telescopios terrestres captan habitualmente.
Sin embargo, no está claro si estas versiones en miniatura están controladas por los mismos mecanismos que otras erupciones solares.
“El Sol tiene una superficie relativamente fría de aproximadamente 5 500 °C y está rodeado por una atmósfera supercaliente de más de un millón de grados”, explicó el científico del proyecto de la ESA, Daniel Müller.
“Existe una teoría presentada por el gran físico estadounidense Eugene Parker, quien conjeturó que si tuvieras una gran cantidad de hogueras diminutas, esto podría explicar un mecanismo de calentamiento omnipresente que podría calentar la corona”, añadió.
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