Cuando una planta es mordida por una oruga o un insecto, reacciona al daño de la misma manera en la que lo haría un animal, usando las mismas moléculas, a pesar de que las plantas no tienen un sistema nervioso. Esa reacción tiene como función activar un sistema de “defensa”, además de propagar y compartir el “dolor” con otras plantas.
El grupo de experto desveló esta importante información tras estudiar las reacciones de la Arabidopsis thaliana, una pequeña planta crucífera nativa de Eurasia y el norte de África, según recogió el viernes la revista Science.
“Las plantas son estacionarias y no pueden escapar de los herbívoros, de manera que deben responder con defensas químicas para disuadirlos y reparar el tejido dañado”, se lee en el resumen del ensayo escrito por dos biólogas de la Universidad de Wake Forest (Carolina del Norte, EE.UU.).
Las plantas son estacionarias y no pueden escapar de los herbívoros, de manera que deben responder con defensas químicas para disuadirlos y reparar el tejido dañado”, se lee en el resumen del ensayo escrito por dos biólogas de la Universidad de Wake Forest (Carolina del Norte, EE.UU.).
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