Años de investigación han resultado en un informe que podría describirse como terrorífico. Las emisiones contaminantes del ser humano han llevado a la Tierra a su límite, un punto de inflexión que podría desbocar en un duradero y peligroso e irreversible estado “invernadero”.
El estudio, realizado en conjunto por la Universidad de Copenhague, la Universidad Nacional de Australia y el Instituto de Investigación de Efectos Climáticos de Potsdam, en Alemania, evidencia que si el hielo polar continúa derritiéndose, los bosques reduciéndose y los gases de efecto invernadero aumentando a nuevos máximos -como ocurre actualmente cada año- llegaremos a un punto crítico sin precedentes en la historia de nuestro planeta.
Esa desestabilización es tan crítica que los autores del estudio aseguran que lo que hagan los seres humanos en las próximas cinco décadas para atajar el cambio climático determinará el futuro del planeta en los próximos 10 000 años.
Si no se logra el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados Celsius, como estipuló el acuerdo climático de París, en unas décadas veremos la desaparición de los arrecifes de coral, los glaciares alpinos, los hielos del Ártico e incluso Groenlandia. Las ciudades costeras se hundirán. Habrá incendios forestales por doquier, la Madre Tierra pasará de ser un amigo a un enemigo.
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