Tan Kefei, el portavoz del Ministerio chino de Defensa, ha asegurado este martes que el pasado 26 de mayo un avión P-8A ASW de Australia se aproximó a las disputadas islas Paracelso, disputadas por Pekín y ciertos países de la región.
“Instamos a la parte australiana a que detenga de inmediato estos actos peligrosos y provocativos y restrinja estrictamente las operaciones de sus fuerzas navales y aéreas, o asumirá todas las graves consecuencias derivadas de ello”, ha enfatizado el vocero.
Conforme explica Tan, el Ejército chino, tras “identificar y verificar” al avión australiano, que amenazó gravemente la soberanía y la seguridad del gigante asiático, lanzó advertencias y pidió que abandonase la zona.
En efecto, ha asegurado el portavoz, la respuesta militar china fue “profesional, segura, razonable y legal”.
Eso mientras el Departamento australiano de Defensa anunció el domingo que su avión sobrevolaba el mar de la China Meridional cuando fue interceptado por un avión de combate J-16 chino en una “maniobra peligrosa”.
El suceso tuvo lugar en medio de la escalada de tensiones entre Canberra y Pekín. Ante tal coyuntura, el canciller chino, Wang Yi, pidió el viernes a Australia que tomara “medidas concretas” a fin de restablecer los lazos bilaterales e indicó que el punto crucial de las dificultades en sus nexos fueron durante los últimos años las fuerzas políticas de Australia, que insisten en ver a Pekín como un rival en lugar de un socio, al considerar su desarrollo como una amenaza en lugar de una oportunidad.
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