Tras recibir 2970 votos a favor, ninguno en contra o abstenciones, Xi, de 64 años, en el poder desde 2013, ha sido reelecto para presidir el país casi indefinidamente gracias a una reforma que abolió el domingo pasado los límites impuestos a los mandatos presidenciales.
En su juramento, Xi que lidera el Partido Comunista de China (PCCh), ha prometido desempeñar “honestamente” las labores presidenciales y trabajar “duramente” para construir un país moderno y por el bien del pueblo.
En la misma sesión se ha aprobado —con apenas dos votos en contra y otras tantas abstenciones— una reestructuración del Gobierno chino que apareja cambios en 11 ministerios y la desaparición de algunas administraciones estatales.
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