La autoridad ancestral mapuche, machi Francisca Linconao, en medio de un difícil proceso de recuperación y tras 9 meses de prisión política, confía en los elementos jurídicos a su favor.
Se está tratando médicamente por una úlcera gástrica, por una bactería que ha tenido y que desarrolló en el período que estuvo en la cárcel, y está con medicamentos en su hogar con antibióticos, y también, quizás, esperando una hospitalización en el cultural de Nueva Imperial.
El caso de la machi, Francisca Linconao, nos recuerda que en Chile la Justicia va separada de los derechos humanos.
La prueba angular de las acusaciones, en este caso, tiene que ver con una declaración que el mismo José Peralino ha denunciado que fue extraída bajo tortura, a lo menos tortura sicológica, donde se pasaron a llevar elementos esenciales, como el hecho que no tenía ningún abogado.
Quienes solidarizan con la machi expresan que las pruebas en su contra no tienen sustento jurídico.
Se sabe que son pruebas de muy baja calidad y que no tienen ningún peso como para condenar a nadie, es más, nosotros estamos seguros que es producto de un montaje. Por lo tanto, esperamos que todos salgan libres.
Otra anomalía a esclarecer es una confesión fabricada bajo torturas, y que en lo ético, dejaría todo en fojas cero.
La Corte Suprema en Chile, el tribunal superior de justicia en el país, ha fallado en el sentido que la Corte de Apelaciones de Temuco tiene que reabrir esa causa por torturas, denunciadas por Peralino.
Pese a esto, la machi Linconao no baja la guardia, a la espera de una fecha para el juicio oral.
Porque hay casos en los que se arman montajes y las personas mapuches, por ser mapuches, por estar en esta región y por estar por tener una persecución política constante, son criminalizados aún así de cualquier forma.
Manuel Arismendi, Temuco.
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