El Canal 12 de la televisión del régimen sionista informó que 520 000 israelíes necesitan tratamiento por trastorno de estrés postraumático (TEPT) tras la operación del 7 de octubre y la guerra declarada ese mismo día por Israel a Gaza.
A principios de enero, el sitio web israelí Walla publicó que no menos de 1600 soldados del ejército de Israel (FDI) habrían desarrollado síntomas de shock de batalla desde que comenzaron las maniobras terrestres en la Franja de Gaza el 29 de octubre.
Según los datos obtenidos por la mencionada página digital, alrededor de 250 soldados han sido suspendidos del servicio activo debido a la persistencia de los síntomas de shock de batalla.
El impacto de la batalla también conlleva efectos mentales de gran alcance, como ansiedad, depresión, trastornos del sueño, inquietud, arrebatos repentinos de ira y deterioro de la capacidad emocional.
El 29 de febrero, el ejército israelí anunció que 30 000 soldados suyos se habían puesto en contacto con centros de llamadas para recibir asesoramiento psicológico desde el 7 de octubre de 2023. De esa cifra, el 85 % de los soldados se reincorporó a la guerra en Gaza tras haber recibido apoyo psicológico.
El 27 de diciembre de 2023, un soldado israelí que había regresado de Gaza protagonizó un episodio de terror nocturno, al disparar su arma y herir a sus colegas que se encontraban en la misma habitación.
Tras sufrir una derrota sin precedentes en la operación Tormenta de Al-Aqsa efectuada por el Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), el régimen de Israel lanzó una guerra genocida con apoyo de Estados Unidos contra la población de la Franja de Gaza el 7 de octubre, que ha dejado más de 31 000 palestinos muertos, en su mayoría mujeres y niños, pero que no ha podido lograr su jurado objetivo de eliminar a la Resistencia palestina ni desplazar a los palestinos de enclave.
Desde el 7 de octubre, los israelíes han celebrado múltiples marchas contra el primer ministro sionista, Benjamín Netanyahu, al que acusan de provocar un desastre en la gestión del conflicto en Gaza y de fracasar ante la Resistencia palestina.
ncl/tqi