“En este momento estamos completando la misión y puedo decir que nuestra acción, a gran escala, en Yenín no es cosa de una sola vez. No permitiremos que Yenín vuelva a ser un semillero de terror”, ha sostenido Netanyahu, citado por el diario The Times of Israel.
La agresión israelí contra Yenín, es considerada como la mayor lanzada por las fuerzas israelíes en la ocupada Cisjordania en las últimas dos décadas. Más de 1000 militares, que actuaron con el apoyo de unidades aéreas y de drones, fueron desplegados para participar en la ofensiva, que se centró, principalmente, en el campo de refugiados de Yenín.
Israel alega haber atacado blancos militares, no obstante, hay evidencias que demuestran que entre los objetivos alcanzados figuran viviendas de civiles y mezquitas.
Tras la agresión israelí, el presidente palestino, Mahmud Abás, anunció que romperá toda la cooperación con el régimen de Tel Aviv, incluidos los lazos en materia de seguridad, y cesarán de inmediato los contactos y las reuniones bilaterales.
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