• El premier israelí, Benjamín Netanyahu (dcha.), y el príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman Al Saud.
Publicada: domingo, 13 de enero de 2019 10:24

Delegaciones árabes e israelíes están ultimando los preparativos para un cara a cara entre el premier israelí y el príncipe heredero saudí en Egipto.

Según revelaron el viernes al portal árabe Khalij Online altas fuentes diplomáticas egipcias, delegaciones egipcias, saudíes, estadounidenses e israelíes se dieron cita, al menos tres veces, en los últimos 25 días, en El Cairo (capital egipcia), para preparar un encuentro entre el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman Al Saud.

Las fuentes, que hablaron bajo condición de anonimato, agregaron que la idea de la reunión fue respaldada por Riad, que busca el restablecimiento de los lazos con el régimen de Tel Aviv.

“Hay una inclinación oficial de los funcionarios saudíes a abrir las puertas a las relaciones políticas y públicas con el régimen de ocupación, al nivel más alto que uno pueda imaginar”, indicaron.

El polémico heredero saudí, también conocido por sus siglas en inglés MbS, quiere dar un “paso histórico” en las relaciones con Israel con miras a incitar a otros Estados árabes a que sigan su ejemplo.

Las fuentes añadieron que a la posible cita entre Netanyahu y Bin Salman también podría sumarse el presidente de EE.UU., Donald Trump.

Existe un consenso mutuo entre los saudíes, egipcios y estadounidenses de que debería registrarse un gran avance diplomático en este año, en torno a las relaciones israelo-árabes, resaltaron.

Hay una inclinación oficial de los funcionarios saudíes a abrir las puertas a las relaciones políticas y públicas con el régimen de ocupación, al nivel más alto que uno pueda imaginar”, indican fuentes diplomáticas egipcias.

 

¿Pueden ser amigos Israel y los países árabes?

Las hostilidades entre los israelíes y los países árabes comenzaron en 1948, año en el que el líder sionista David Ben-Gurión proclamó la fundación del régimen de Israel, acarreando la primera guerra árabo-israelí.

Israel y las naciones árabes volvieron a confrontarse en la guerra de 1967, conocida como la guerra de los Seis Días, tras la cual el régimen de Tel Aviv se anexionó, ilegalmente, Al-Quds (Jerusalén) y Cisjordania.

Los israelíes y los árabes se midieron por última vez en 1973, en la guerra de Yom Kipur. Ahora, después de décadas de animadversión, Netanyahu está buscando acercarse a los países árabes en momentos en los que el heredero saudí muestra una sorprendente disposición a asumir riesgos en política exterior.

En octubre pasado, Netanyahu realizó un viaje a plena luz del día a Omán para entrevistarse con el sultán Qabus bin Said, al mismo tiempo que tenían lugar reuniones de alto nivel entre los israelíes y funcionarios de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Baréin a favor de la normalización de los lazos.

El sultán Qabus bin Said de Omán recibe al premier israelí, Benjamín Netanyahu, en Mascate, la capital omaní.

 

Sin embargo, la opinión pública en los países árabes tiene una marcada tendencia a oponerse a la regularización de los vínculos con Israel y lo consideran un golpe a la causa palestina y su lucha contra la ocupación. En Baréin, se han producido varias manifestaciones en contra de dicho acercamiento.

Los palestinos denuncian, por su parte, la traición de los monarcas árabes e interpretan que dicha aproximación a Israel supone “mancillar la sangre” de los mártires palestinos.

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