En un informe publicado el domingo, el rotativo destaca la “creciente preocupación” de EE.UU. por la crisis surgida en la relaciones entre Irán y Arabia Saudí, ya que podría dar al traste con sus esfuerzos para acabar con las crisis regionales, en particular la crisis siria.
“El secretario de Estado, John Kerry, desde hace meses presionaba a Teherán y Riad para que establecieran una vía diplomática directa con el fin de abordar el conflicto de Siria”, recuerda la nota.
“Estamos al tanto de que Arabia Saudí ha ordenado el cierre (…) Creemos que el compromiso diplomático y las conversaciones directas siguen siendo esenciales (…) Vamos a seguir instando a los líderes de toda la región a adoptar medidas positivas para calmar la tensión”, apuntó un funcionario de la Administración estadounidense, bajo condición de anonimato en declaraciones a la agencia británica de noticias Reuters.
A este respecto, hace referencia a los diálogos internacionales celebrados sobre la crisis siria, con la participación de Irán, y cuestiona el futuro de dichas conversaciones tras la crisis en las relaciones Teherán-Riad.
De acuerdo con el rotativo, desde la llegada al poder del rey saudí Salman bin Abdulaziz Al Saud y la asignación del príncipe Mohamad bin Salman como ministro de Defensa, el reino ha adoptado una política exterior beligerante hacia la República Islámica de Irán.
The Wall Street Journal advierte, a su vez, de que el conflicto Riad-Teherán podría deteriorar las relaciones EEUU-Arabia Saudí, pues este último país se opone abiertamente al Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés) alcanzado entre Irán y el Grupo 5+1.
Ayer domingo, el ministro saudí de Asuntos Exteriores, Adel Al-Yubeir, comunicó la ruptura de relaciones diplomáticas con Irán y la evacuación de todo el personal diplomático saudí del territorio persa.
Según el ministro saudí de Exteriores, esta decisión se debe a las críticas del país persa por la ejecución del prominente clérigo chií, el sheij Nimr Baqer al-Nimr, y a las protestas de miles de iraníes en diferentes ciudades del país, especialmente intensas en Teherán (capital) y Mashad (noreste).
En reacción, un funcionario de la Administración estadounidense, bajo condición de anonimato, solicitó en la misma jornada del domingo a ambas partes que respeten sus compromisos diplomáticos y adopten “medidas positivas” para reducir las tensiones.
“Estamos al tanto de que Arabia Saudí ha ordenado el cierre (…) Creemos que el compromiso diplomático y las conversaciones directas siguen siendo esenciales (…) Vamos a seguir instando a los líderes de toda la región a adoptar medidas positivas para calmar la tensión”, apuntó el funcionario en declaraciones a la agencia británica de noticias Reuters.
Mencionar, no obstante, que la ejecución del líder chií, junto con 46 personas, por cargos de “terrorismo” ha provocado una ola de condena y protestas a nivel internacional. No se limita a Irán, diferentes gobiernos, organizaciones y grupos, desde la ciudad natal del sheij, la oriental Al-Qatif, hasta Baréin, Paquistán, Irak o El Líbano, han condenado la medida saudí.
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