Trump, cuyo país lidera la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), amenazó el año pasado que negaría su ayuda a los miembros del bloque militar que no contribuyesen de manera adecuada al presupuesto, además, el diario local The Washington Post reportó el mes pasado que el Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) está estudiando la posibilidad de retirar las tropas desplegadas en Alemania.
En un vídeo mensaje publicado el sábado, dedicado a la próxima cumbre de líderes de la OTAN en Bruselas, capital belga, Merkel destacó la importancia de la presencia del bloque militar en los países de Europa central.
Sobre la necesidad del aumento del gasto en materia de defensa, la revista local Der Spiegel informó el mismo sábado que de acuerdo con un nuevo estudio, Alemania tendría que aumentar los gastos en más de 80 millones de euros hasta 2024.
Por el momento, el presupuesto general del país para 2018 contempla un desembolso de 38 500 millones de euros en Defensa, lo que supone el 1,24 % del Producto Interno Bruto (PIB), aunque Berlín ha prometido aumentarlo hasta el 1,5 por ciento (alrededor de 60 000 millones de euros anuales), la OTAN dice que la contribución debe ser mayor de lo que han anunciado.
En tal sentido, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, destacó que Berlín debe aumentar los gastos destinados al sector defensivo. La Alianza Atlántica espera que Alemania “haga más” para 2024, indicó en una entrevista ofrecida ayer sábado al diario local Bild am Sonntag.
“Estoy seguro que Alemania continuará apuntando hacia la materialización de este objetivo”, indicó Stoltenberg, quien hizo alusión al relevante papel de Berlín dentro del bloque por el gran tamaño de su economía.
Europa tendrá que elegir entre más contribuciones financieras a la OTAN, liderada por Washington, o hacer frente a solas a la supuesta “amenaza de invasión” que, según ellos, viene desde Rusia. De hecho, la Alianza Atlántica ha usado esta amenaza hipotética para aumentar cada vez más su presencia militar en Europa.
Por su parte, Moscú ha advertido a la OTAN de que su creciente presencia militar cerca de sus fronteras, con el pretexto de contrarrestar cualquier amenaza rusa, no hace más que poner en peligro la seguridad nacional de Rusia, provocar una escalada de tensiones y, en definitiva, desestabilizar la región.
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