The Washington Post, citando el sábado a los oficiales de la provincia afgana de Gawr (oeste), revela la trágica muerte de Fazi Ahmad a manos de los integrantes de Talibán que se produjo como represalia por el asesinato de uno de sus excomandantes por un pariente lejano de Ahmad.
Explican que el pasado diciembre, unos hombres armados arrastraron a Ahmad de su casa y le sacaron sus ojos y cuando aún estaba vivo y gritaba, los agresores empezaron a despellejarle el pecho. Cuando terminaron se podía ver su corazón.
Ellos lo despellejaron vivo”, ha indicado Ruqaiya Naeel, una parlamentaria de la zona.
Luego arrojaron a la víctima, un trabajador de 21 años de edad, desde la altura de un monte.
“Ellos (los talibanes) lo despellejaron vivo (a Ahmad)”, ha indicado Ruqaiya Naeel, una parlamentaria de la zona.
El grupo Talibán se ha negado a corroborar su involucración en este crimen horripilante. No obstante, el homicidio de Ahmad es un eslabón de la cadena de los actos violentos que protagonizan los terroristas de este grupo armado.
El informe aduce que los oficiales afganos que se sienten alarmados por el alto nivel de la violencia en el país aseguran que los 15 años de la guerra orquestada por Estados Unidos para apartar del poder a los talibanes han allanado el camino para una vuelta más brutal de este grupo.
En 2001, Washington y sus aliados invadieron Afganistán, como parte de la llamada guerra contra el terrorismo. No obstante, los ataques que lanzaron contra supuestos objetivos terroristas causaron hasta 2014, la muerte de unos 100 mil afganos y paquistaníes, según un balance ofrecido por la Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA, en inglés).
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