La cadena catarí Al-Jazeera, citando a fuentes yemeníes, ha informado la madrugada de este sábado de una fuerte explosión tras el impacto de un misil balístico lanzado por las fuerzas yemeníes desplegadas en la capital, Saná, contra las posiciones de la coalición liderada por Arabia Saudí en el centro de la ciudad de Marib (centro-oeste de Yemen).
Horas antes, el viernes, el Ejército de Yemen, apoyado por el movimiento popular Ansarolá, tomó el control de una zona estratégica en los montes de Hilan, en el oeste de Marib, rica en hidrocarburos, donde en los últimos meses las unidades militares yemeníes han avanzado con éxito.
La ubicación geográfica de Marib, que limita con la provincia de Al-Jawf (en la frontera con Arabia Saudí) al norte y con Saná al oeste, junto a la producción de más de 200 000 barriles de petróleo en esta zona, le han dado un peso importante en el escenario geopolítico.
El Ejército y Ansarolá de Yemen han aumentado sus ataques con drones y misiles contra objetivos militares e instalaciones petroleras en las profundidades de Arabia Saudí en represalia por sus agresiones contra el pueblo yemení.
En un comunicado difundido por la cadena local Al Masirah, el Ejército ha avisado que los aviones no tripulados (drones) de las Fuerzas Armadas yemeníes impactaron las instalaciones de la compañía petrolera estatal Aramco, en la región de Jizan, sur de Arabia Saudí.
Además, poco después, el Gobierno de Damasco informó de un nuevo ataque con sus drones de tipo Qasef-2K, contra blancos estratégicos en el territorio saudí.
El uso de aviones teledirigidos por las fuerzas yemeníes ha cambiado el rumbo de la guerra hasta el punto de que el régimen de Riad no sabe si proteger sus propias ciudades o los últimos bastiones que tienen bajo su control sus aliados en Yemen.
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