Un equipo de alrededor de una docena de comandos de la unidad de élite de los Green Berets o Boinas Verdes del Ejército estadounidense llegaron a la región fronteriza en diciembre pasado, según ha reportado el diario estadounidense New York Times, en lo que tilda de “una continua escalada de las guerras secretas de Estados Unidos”.
En su reporte, en el que cita a funcionarios estadounidenses, europeos y árabes, el diario indica que las fuerzas especiales de Estados Unidos están entrenando y ayudando a los militares saudíes a localizar y destruir escondites de misiles y atacar sitios que las fuerzas yemeníes han usado para lanzar ataques de represalia contra el vecino norteño.
El equipo está coordinando estrechamente con analistas de inteligencia estadounidenses en la ciudad saudí de Najran para tratar de localizar sitios de misiles en Yemen, agrega el informe.
El Pentágono hasta el momento ha declarado que la participación del Ejército de EE.UU. en Yemen se limita a misiones de reabastecimiento de combustible de aviones, intercambio de inteligencia y apoyo logístico.
Sin embargo, los legisladores presionan al Gobierno del presidente Donald Trump para que revele más sobre la misión del Pentágono en Yemen, e incluso algunos han propuesto una legislación que limitaría la participación de Estados Unidos en el conflicto.
Desde marzo de 2015, el régimen saudí y sus aliados llevan a cabo una brutal campaña militar contra Yemen que, conforme a las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha dejado más de 10.000 muertos y 40.000 heridos. Además la ofensiva ha causado también muchos otros daños.
El movimiento popular yemení Ansarolá ha condenado en reiteradas ocasiones los bombardeos de Arabia Saudí en Yemen, y ha denunciado el apoyo armamentístico a Riad de ciertos países, con EE.UU. a la cabeza. De hecho, responsabilizó a Washington de la muerte del presidente del Consejo Político Supremo de Yemen, Saleh al-Samad.
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