Los cazas saudíes han bombardeado algunos depósitos de armas en las zonas de Al-Yaraf y Yabal al-Naqam de Saná, capital de Yemen, provocando grandes explosiones.
De hecho, las fuentes aseguran que los residentes de la zona han sido alcanzados por proyectiles procedentes de los depósitos.

El pasado 20 de abril, las ingentes explosiones provocadas por los bombardeos saudíes contra una base de misiles en Saná destruyeron varias viviendas y dejaron al menos 46 muertos y 341 heridos.
Y el domingo varios ataques aéreos saudíes a la capital yemení provocaron la muerte de al menos 6 ciudadanos.
Por otra parte, los cazas saudíes lanzaron por primera vez misiles contra una estación de radio en la provincia de Saada, noroeste de Yemen, y atacaron en varias ocasiones el aeropuerto internacional de Al-Hudayda, en el oeste del país.
En respuesta a las agresiones saudíes, el movimiento popular Ansarolá y otras facciones políticas en Yemen acordaron el domingo la formación de un consejo militar para defender el país ante las agresiones saudíes.
Durante esa misma jornada, los combatientes de Ansarolá, junto con el Ejército yemení, lograron hacerse con el control de un centro militar en la región de Asir (suroeste de Arabia Saudí).
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la agresión militar a Yemen ha provocado la muerte de al menos mil civiles, aunque algunas organizaciones pro derechos humanos elevan este balance a más de 4 000 víctimas.
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