El alarmante número de bajas civiles y la crisis humanitaria de Yemen deberían provocar una respuesta de la coalición para proteger más a los ciudadanos".
"El alarmante número de bajas civiles y la crisis humanitaria de Yemen deberían provocar una respuesta de la coalición para proteger más a los ciudadanos", dijo el lunes el director de HRW para Naciones Unidas, Philippe Bolopion.
La organización pro derechos humanos instó al régimen de Riad abrir investigaciones sobre presuntas violaciones de las leyes de guerra, entre ellas, el bombardeo, hace dos semanas, del campo de refugiados de Al-Mazrak, situado en la frontera de Yemen con Arabia Saudí, que se saldó con al menos 40 muertos y más de 200 heridos.

Bolopion llamó a Estados Unidos a emplear “su influencia” sobre Arabia Saudí para que éste cumpla con las leyes internacionales de guerra.
Da igual si Estados Unidos es o no una parte en el conflicto, ya que es cercano a la campaña militar de la coalición y, por ello, tiene que dar pasos firmes para tratar de minimizar el daño de la población civil y garantizar una investigación rigurosa sobre las supuestas violaciones de la ley (de guerra)".
"Da igual si Estados Unidos es o no una parte en el conflicto, ya que es cercano a la campaña militar de la coalición y, por ello, tiene que dar pasos firmes para tratar de minimizar el daño de la población civil y garantizar una investigación rigurosa sobre las supuestas violaciones de la ley (de guerra)", precisó.
El portavoz del Ejército yemení, el coronel Sharaf Luqman, dio a conocer el lunes que al menos 2571 civiles han perdido la vida, incluidos 381 niños menores de 15 años y 214 mujeres, 5 de ellas embarazadas, en las ofensivas saudíes a Yemen.
Luqman agregó que los bombardeos saudíes también han dejado 3897 heridos, entre ellos 613 niños y 457 mujeres, además de provocar la destrucción de 2265 viviendas.
El régimen autoritario de Al Saud, con ideología wahabista, trata de convertirse en la principal potencia del Oriente Medio y para alcanzar su objetivo se vale del terrorismo y arma a los grupos extremistas en países como Irak y Siria.
Riad convenció a algunos de sus aliados regionales de iniciar el pasado 26 de marzo una guerra contra Yemen, donde pretende debilitar al movimiento popular Ansarolá, que, de hecho, lucha contra el grupo terrorista de Al-Qaeda en el país más pobre del mundo árabe.
La nueva aventura de Al Saud carece de la luz verde de la Organización de las Naciones Unidas y países cruciales de la región, como Irán, Turquía, Paquistán, Siria e Irak, se han opuesto a la intervención militar en Yemen abogando por una solución política.
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