La agencia siria oficial de noticias, SANA, citando a una fuente conocedora del caso, desmintió lo circulado en los medios hebreos y extranjeros “sobre la existencia de una cláusula secreta en el proceso de intercambio relacionada con la obtención de las vacunas contra el coronavirus de las autoridades de ocupación israelíes”.
La fuente agregó que Siria “fue clara en su manejo del proceso de canje” y aseveró que “promover esta información fabricada” tiene por meta “ofender el proceso de liberación de prisioneros sirios de las cárceles de ocupación, insultar a Siria y distorsionar” el acto.
“Los medios que transmiten esta información tienen como objetivo pulir la imagen de la ocupación israelí y darle las características humanas de las que carece, como lo demuestra su ocupación de la tierra árabe, el desplazamiento de su gente y la continuación de sus crímenes contra los pueblos palestino, sirio y libanés”, resaltó.
A su vez, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reaccionó también el sábado a estos informes, negando que Israel acordara suministrar a Siria vacunas rusas contra el coronavirus como parte del mencionado acuerdo. “Ni una sola vacuna israelí” ha sido incluida en el acuerdo de intercambio de prisioneros, dijo el premier.
Bajo el mismo acuerdo alcanzado el jueves con la mediación de Rusia, Israel liberó a tres sirios a cambio de la liberación de una mujer israelí que había cruzado la línea de separación e infiltrado en los territorios sirios donde fue arrestada.
Entre los liberados sirios se encuentra Nihal al-Maqt, una oriunda de los altos del Golán sirio, ocupado por Israel en 1967 y anexionado en 1981.
En 2020, el hermano de Al-Maqt, el prisionero que más tiempo lleva detenido en las cárceles israelíes, fue liberado en un intercambio de prisioneros, mediado también por Rusia, que se produjo después de que Siria devolviera los restos de un soldado israelí muerto en una batalla de 1982.
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