• El jefe del servicio de Inteligencia turco, Hakan Fidan.
Publicada: miércoles, 29 de abril de 2015 7:36

El jefe del servicio de Inteligencia turco, Hakan Fidan, dirige una sala conjunta de operaciones de los grupos armados en la parte noroccidental de Siria, reveló el martes la agencia de noticias siria Al-Watan.

La fuente, que citó a un diplomático occidental, explicó que Fidan trata de reforzar la alianza entre diferentes bandas armadas que operan en Siria en el marco de un plan financiado por Arabia Saudí.

Según el diplomático, que prefirió permanecer en el anonimato, el objetivo final es tomar el control total de la provincia de Idlib para que utilicen su dominio en esta zona como un instrumento para presionar al Gobierno de Damasco y recibir concesiones durante la tercera edición de la Conferencia de Ginebra sobre Siria que comenzará el próximo 4 de mayo.

Al-Watan estimó en 12.000 la cifra de los terroristas que actualmente están desplegados en el norte de Siria y añadió que varios miles de personas han entrado recientemente a esta región a través de las fronteras con Turquía y ahora están recibiendo entrenamiento militar.

El diario señaló que Turquía ha decidido reforzar a los grupos que operan en Siria después de que ellos mismos se debilitaran por sus diferencias internas.

Miembros de un grupo armado terrorista se preparan para lanzan un proyectil en Siria

 

Desde el inicio de la crisis en Siria en 2011, el Gobierno del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se abstiene de desempeñar un papel constructivo en la lucha contra el terrorismo e incluso ha brindado apoyo a los grupos extremistas con el fin de allanar el camino para el derrocamiento del Gobierno de Damasco, al que se opone firmemente.    

El ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid al-Moalem, denunció el martes que "los ataques de los grupos terroristas a Idlib y la región de Yisr al-Shughur se perpetraron con el apoyo logístico y las armas del Ejército de Turquía".

El flujo de terrorista desde Turquía ha irritado también a Irak, cuyo primer ministro, Haidar al-Abadi, instó en el pasado febrero a Turquía a impedir que su territorio se utilice como puerta de entrada de los terroristas a los países de la región.

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