En declaraciones sobre la rebelión del 24 de junio del líder del grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, dijo el lunes que el motín tenía como objetivo desestabilizar a Rusia, pero fracasó debido a la lealtad de las tropas y no afectó la situación en el frente de batalla abierto desde febrero del 2022 en Ucrania.
“Los planes de Wagner fracasaron principalmente porque el personal de las fuerzas armadas fue fiel a su juramento y a su deber militar”, afirmó el ministro ruso en una reunión con los líderes de las Fuerzas Armadas en Moscú, la capital.
Shoigú puso de relieve que el potencial ofensivo de Kiev disminuye y el Ejército ucraniano no ha logrado sus objetivos en ninguno de los frentes. Lo que, a juicio del alto militar, muestra que la rebelión del grupo Wagner, no afectó el desempeño de las tropas rusas.
El grupo paramilitar privado Wagner, encabezado por Yevgueni Prigozhin, anunció un levantamiento armado contra el mando militar ruso después de acusar al Ejército de Rusia de matar a un “gran número” de sus miembros activos, en un bombardeo contra las posiciones de la compañía militar privada; esto fue negado fuertemente por Moscú.
Sin embargo, el motín de Wagner fue breve. Prigozhin aceptó el mismo día del alzamiento la oferta del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, de detener el avance en territorio ruso y tomar nuevas medidas para rebajar las tensiones a cambio de “garantías de seguridad”.
De hecho, tal y como ha resaltado el presidente ruso, Vladímir Putin, los amotinados y las personas que habían sido “arrastradas a la rebelión” vieron que el Ejército y el pueblo rusos no estaban de su lado.
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