"Por supuesto, consideramos inadmisibles las amenazas de este tipo contra el Gobierno legítimo de Siria", ha denunciado este martes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, después de que la Casa Blanca acusara en un informe al Gobierno sirio de preparar un ‘nuevo’ ataque químico y amenazara con que, en caso de que se produzca, las autoridades sirias "lo pagarán caro".
Tras tal afirmación, ha dicho que culpar al presidente sirio, Bashar Al-Asad, sin llevar a cabo una investigación precisa, “es imposible, ilegítimo e injusto”, y ha asegurado que no conoce las "razones" o las pruebas que motivan las acusaciones de Washington.
En este contexto, ha censurado el uso de la palabra “nuevo” respecto al supuesto ataque y ha considerado “imposible responsabilizar a las Fuerzas Armadas sirias” de la tragedia con armas químicas que tuvo lugar el pasado 4 de abril en Jan Sheijun, en la provincia noroccidental de Idlib, del que EE.UU. y sus aliados responsabilizan a Damasco, sin presentar prueba alguna.
Por supuesto, consideramos inadmisibles las amenazas de este tipo contra el Gobierno legítimo de Siria", denuncia el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
No obstante, Peskov ha señalado que son posibles nuevas provocaciones con el uso de armas químicas por parte de los terroristas del EIIL (Daesh, en árabe), aunque ha destacado que no dispone de información precisa al respecto.
Por su parte, las autoridades sirias rechazaron la acusación afirmando que todos sus arsenales químicos fueron retirados del país y eliminados en 2016 bajo la supervisión de la Organización Internacional para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).
Moscú, a su vez, manifestó que lo ocurrido ni siquiera fue un ataque, al suponer que la tragedia de Jan Sheijun fue un montaje o resultado del bombardeo de la Aviación siria a arsenales donde los terroristas guardaban armas químicas.
Sin embargo, EE.UU. aprovechó el momento y atacó el pasado 7 de abril, con 59 misiles, la base aérea siria de Al-Shairat, en la provincia central de Homs. El bombardeo estadounidense fue secundado por una ofensiva de los terroristas contra el Ejército sirio.
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