“Los suministros se inician a partir de que los recursos financieros sean entregados; ellos (Irán) ya ingresaron en las cuentas de las correspondientes organizaciones rusas y el contrato pasa a su etapa de cumplimiento”, ha hecho saber este lunes el viceprimer ministro ruso, Dmitri Rogozin, sin precisar la cantidad de dinero.
Los suministros se inician a partir de que los recursos financieros sean entregados; ellos (Irán) ya ingresaron en las cuentas de las correspondientes organizaciones rusas y el contrato pasa a su etapa de cumplimiento”, informa el viceprimer ministro ruso, Dmitri Rogozin.
El responsable ruso ha recordado que los suministros de los sistemas S-300, de fabricación rusa, están definidos por un contrato que Teherán y Moscú rubricaron el año pasado.
Irán además ha prometido retirar su demanda contra Rusia por los S-300 no suministrados, ha agregado Rogozin. “Estamos recibiendo garantías de Teherán sobre la retirada de la demanda debido a la no entrega”.
Teherán y Moscú rubricaron en 2007 un contrato de 800 millones de dólares, por el cual Rusia debía haber suministrado a Irán al menos cinco baterías de sistemas móviles de defensa aérea S-300, con capacidad de guiar misiles que pueden interceptar y destruir simultáneamente varios misiles y aviones de combate.
Rusia, cuando todavía era presidente Dmitri Medvedev, rescindió el contrato en virtud a una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), y Teherán respondió con una demanda judicial ante el tribunal de arbitraje de Ginebra en Suiza.
En abril de 2015, el presidente ruso, Vladimir Putin eliminó la prohibición para suministrar S-300 a Irán, medida bien acogida por las autoridades del país persa.
Las autoridades rusas han ofrecido en reiteradas oportunidades el suministro a Teherán de los Antey-2500, una versión modernizada de S-300, una decisión que también provocó la furia de Estados Unidos.
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