Avanza de forma silenciosa, sin dejar rastro, y lo respiramos a diario. Se trata de la contaminación emitida por los motores diesel. Sus consecuencias se traducen en enfermedades respiratorias y muertes prematuras.
Estas muertes han aumentado tras el estallido del DieselGate, un fraude admitido en 2015 por el grupo Volkswagen, que trucó los motores diesel de sus coches para superar los controles ambientales y poder emitir contaminantes por encima de lo permitido.
La trampa del DieselGate ha costado la vida a cerca de 5000 personas el pasado año en la Unión Europea (UE), Noruega y Suiza, según un estudio conjunto publicado por el Instituto Meteorológico de Noruega, el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados de Austria y la Universidad Tecnológica Chalmers de Suecia.
Italia es el país europeo más afectado por muertes prematuras a causa de la polución generada por los vehículos diesel. Se trata de cerca de 2800 muertes cada año, de las cuales 1250 están relacionadas con el exceso de contaminantes emitidos por los motores manipulados.
Según los investigadores, las muertes podrían evitarse si se respetasen los límites establecidos y serían menores si los coches fueran de gasolina.
Después de Italia, Alemania y Francia son los países más golpeados por las muertes relacionadas con el DieselGate.
Rubén Martínez, Roma.
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