El primer ministro australiano, Anthony Albanese, anunció el lunes la expulsión del embajador de Irán en Camberra, después de acusar a Teherán de estar detrás de los ataques antisemitas contra la comunidad judía en Australia. Al respecto, anunció la suspensión de las actividades de su embajada en Teherán y el traslado de sus diplomáticos a un tercer país.
Irán rechaza las acusaciones: Europa es la cuna del antisemitismo
En respuesta, el Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Islámica de Irán lamentó la decisión del gobierno australiano de expulsar al embajador y a varios diplomáticos iraníes, considerándola una medida “injustificada e incompatible con las normas diplomáticas entre ambos países”
En el comunicado, la Cancillería iraní “rechaza categóricamente las acusaciones contra Irán de promover el antisemitismo y llama la atención del gobierno australiano sobre el hecho histórico y documentado de que el antisemitismo es, en esencia, un fenómeno occidental y europeo que ha surgido y resurgido de diversas formas en diferentes épocas”.
Sin embargo, resaltó que “en los últimos años, este concepto se ha utilizado indebidamente para reprimir cualquier forma de protesta contra la ocupación, el apartheid y el genocidio contra los palestinos”.
Acciones de Australia, un intento de desviar la opinión pública del genocidio de Israel en Gaza
En la nota, se destaca que la República Islámica de Irán, al tiempo que condena los atroces crímenes y el genocidio que tienen lugar en Gaza, recuerda la responsabilidad de todos aquellos que apoyan y justifican estos crímenes.
Irán “considera que las acciones del gobierno australiano al lanzar acusaciones contra Irán y apuntar a las relaciones diplomáticas de larga data entre ambos países se ajustan a la política del régimen israelí de distraer a la opinión pública de la catástrofe del genocidio en la Palestina ocupada y de la escalada de tensión en la región”.
Nos reservamos el derecho de responder
El Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Islámica recalcó que Irán, “reservándose el derecho a responder, insta a la parte australiana a reconsiderar esta decisión errónea y responsabiliza al gobierno australiano de sus efectos y consecuencias, incluidos los problemas que causará a la comunidad educada iraní que reside en este país”.
El canciller iraní, Abás Araqchi, también respondió esta jornada a la decisión del gobierno australiano de expulsar al embajador iraní, subrayando que Irán alberga una de las comunidades judías más antiguas del mundo, con decenas de sinagogas, y que acusarlo de atacar lugares como este en Australia, mientras hace todo lo posible por protegerlos en su territorio, carece por completo de sentido.
Además, consideró la decisión de Australia como un intento de apaciguar al régimen israelí dirigido por “criminales de guerra” en medio del apoyo del pueblo australiano a Palestina.
En la República Islámica de Irán existe una próspera comunidad judía. Tiene sus propias sinagogas (templos), escuelas, hospitales, asociaciones y hasta un miembro en el Parlamento. Actualmente, entre 30 000 y 40 000 judíos residen en Irán, la mayor parte de los cuales vive en Teherán (la capital), Isfahán y Shiraz.
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