El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, el general de división Mohamad Hosein Baqeri, ha condenado el reciente atentado contra una mezquita chií en la provincia afgana de Kunduz (norte), que fue reivindicado por Daesh.
“Ese crimen terrorista e inhumano demostró una vez más los peligros del terrorismo takfirí, producido en los think tanks [laboratorios de ideas] de los poderes hegemónicos y sionistas, así como en las agencias de espionaje de los poderes arrogantes”, ha denunciado el alto cargo militar iraní en un comunicado emitido este lunes.
Al respecto, ha advertido que el terrorismo apunta a Ummah (comunidad islámica), especialmente a las naciones que determinaron sus destinos con resistencia y perseverancia, y obligaron a Estados Unidos a retirarse de sus territorios.
El general de división Baqeri también ha descrito como una “gran y alarmante tragedia” el incidente y ha enfatizado en la necesidad de unidad y estabilidad en el mundo islámico, especialmente en Afganistán.
También, ha instado a Talibán a identificar y castigar a los autores de este atroz crimen y a tomar las medidas necesarias para evitar la repetición de tales ataques.
Es más, ha insistido en que la formación de un gobierno inclusivo y de base amplia en el país devastado por la guerra lo librará del terrorismo, reforzará la seguridad pública y allanará el camino para el regreso a la normalidad.
El atentado de Kunduz es uno de los más mortíferos en Afganistán desde que los talibanes anunciaron la formación de un gabinete de forma provisional en Kabul (capital afgana) el pasado septiembre.
Por su parte, el presidente iraní, Seyed Ebrahim Raisi, advirtió el sábado que el último ataque contra la mezquita de Kunduz fue perpetrado con el objetivo de “sembrar discordia entre los musulmanes” y lo describió como un “nuevo proyecto de seguridad de EE.UU. para Afganistán”.
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