“El envío de más de 1,5 millones de dosis de la vacuna estadounidense contaminada a Japón y la detección de sustancias extrañas sospechosas [en docenas de viales de la vacuna anti-COVID de Moderna] es preocupante para todo el mundo”, ha escrito este sábado el presidente del Poder Judicial de Irán, Qolam-Husein Mohseni Eyei, en su cuenta oficial de Twitter.
Ha advertido que “Estados Unidos tiene un largo historial de llevar a cabo numerosas pruebas médicas peligrosas con las naciones en el mundo. La vida de las personas no debe ponerse en peligro bajo la influencia de la campaña de propaganda y mentiras [de EE.UU.]”.
El tuit de Mohseni Eyei viene dos días después de que el Gobierno japonés decidiera suspender el uso de 1,63 millones de dosis de la vacuna estadounidense Moderna contra la COVID-19 tras hallar sustancias anómalas, posiblemente metálicas, en uno de los lotes recibidos.
Asimismo, el Ministerio de Sanidad de Japón ha anunciado en un comunicado de prensa la apertura de una investigación sobre dos fallecidos que habrían recibido antes de morir el fármaco estadounidense, procedente del lote suspendido por contaminación.
El Ministerio ha dicho además que ambas víctimas, dos hombres de alrededor de 30 años, murieron este mes a pocos días de recibir su segunda dosis de Moderna.
La Cancillería japonesa ha querido aclarar si hay relación entre los fallecimientos y las vacunas administradas, antes de añadir que está trabajando con expertos independientes para ratificar los resultados de las pesquisas.
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