“Han comenzado días difíciles por la guerra económica de EE.UU. contra la nación (…) que ha creado problemas para la vida, los alimentos y medicinas del pueblo (…) Es una guerra contra la nación no contra el Gobierno de la República Islámica”, resaltó el miércoles Rohani.
En una reunión mantenida en Teherán (capital) con un grupo de abogados, el mandatario destacó la necesidad de aprovechar la capacidad de los expertos en derecho para demostrar que las unilaterales medidas coercitivas de la Casa Blanca contra Irán constituyen “un crimen contra la humanidad”.
Destacando la importancia de llevar este tipo de casos ante esferas de justicia internacionales, Rohani recordó que Irán ha interpuesto en varias ocasiones demandas ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y ha logrado veredictos a favor del levantamiento de las sanciones ilegales de Washington.
Sin embargo, es poco probable que EE.UU. acate fallos al respecto. La CIJ pidió el pasado 29 de marzo a Washington que levantase las sanciones antiraníes relacionadas con los alimentos, las medicinas y los servicios de aviación hasta el 15 de mayo; un plazo que acaba de terminar.
Han comenzado días difíciles por la guerra económica de EE.UU. contra la nación (…) que ha creado problemas para la vida, los alimentos y medicinas del pueblo (…) Es una guerra contra la nación no contra el Gobierno de la República Islámica”, indicó el presidente de Irán, Hasan Rohani.
Rohani, en otro momento de sus declaraciones, resaltó al pueblo de Irán como “la mayor fuerza” que defiende el sistema político, manteniéndose al lado de la Revolución Islámica, incluso en momentos de dificultad.
La máquina de sanciones arrancó el 8 de mayo de 2018, cuando el presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció la retirada de su país del Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), nombre oficial del acuerdo internacional sobre el programa de energía nuclear iraní, una medida unilateral que fue rechazada por la comunidad internacional, salvo algunos aliados de Washington, como el régimen israelí.
Las sanciones, que también afectarán a los países que se nieguen a cortar lazos con Irán, buscan, de hecho, reducir a cero las exportaciones petrolíferas del país persa. Sin embargo, alcanzar esta meta no parece tan fácil como imagina la Casa Blanca, dado que es difícil de ignorar la riqueza de Irán en reservas petrolíferas y gasíferas
Irán esperó pacientemente un año para que el resto de los signatarios actuara contra la medida unilateral y hostil de la Casa Blanca; sin embargo, cumplido un año, Teherán seguía sin disfrutar los beneficios del pacto alcanzado con el Grupo 5+1, entonces integrado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania, por lo que decidió, en aplicación del principio de reciprocidad, dejar de cumplir algunos compromisos y dio 60 días a sus socios europeos para que cumpliesen su responsabilidad respecto al país persa.
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