El Congreso peruano prepara un pago navideño de casi USD 14 200 por legislador, mientras el presupuesto para Beca 18, programa que permite a jóvenes pobres acceder a la universidad, se reduce a apenas USD 15 millones, cubriendo menos del 10% de lo prometido.
Beca 18, que permite a jóvenes pobres estudiar, solo cuenta con fondos para cubrir el 10 % de las becas prometidas, es decir, apenas 2000 de las 20 000 inicialmente previstas.
Esta contradicción evidencia cómo se priorizan beneficios políticos sobre inversión social, generando incertidumbre entre más de 100.000 aspirantes.
Beca 18, a lo largo de los años, ha transformado vidas, generado capital humano y reducido desigualdades. Recortar este programa no sería un ahorro, sino una restricción de las oportunidades para todo el país.
Mientras tanto, el Ejecutivo prioriza otras áreas y no ha resuelto la crisis de las becas, mientras el presidente José Jerí afirma que Perú avanzará hacia un país de primer mundo sin que la educación de los jóvenes esté asegurada.
Según una reciente encuesta de CPI, el 85,7 % de peruanos desaprueba el desempeño del Congreso, mientras que apenas el 7,7 % manifiesta apoyo a su gestión.
Aarón Rodríguez; Lima.
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