Mediante un comunicado emitido este martes, la canciller Ana Gervasi Díaz ha anunciado que el Gobierno de la presidenta Dina Boluarte ha declarado persona no grata al embajador de México en este país, Pablo Monroy Conesa, y le ha otorgado 72 horas para salir del territorio nacional.
De acuerdo con la nota, esta medida se ha tomado por “las reiteradas expresiones de las más altas autoridades de ese país [México] sobre la situación política de Perú que constituyen injerencia en nuestros asuntos internos”.
Aludiendo a las recientes declaraciones del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la Carteta peruana precisa que las expresiones de AMLO resultan especialmente graves en circunstancias en las que Perú enfrenta una situación de violencia incompatible con el ejercicio del legítimo derecho que asiste a toda persona de manifestarse pacíficamente.
Al desarrollar su postura, la Cancillería ha mencionado algunas de las declaraciones “preocupantes” de AMLO; a saber, sus dichos sobre el estado de emergencia decretado por el Gobierno peruano el 16 de diciembre, así como las realizadas el 19 de diciembre sobre el orden democrático, Estado de derecho y legalidad en el país, y también sobre la detención del expresidente Pedro Castillo.
La declaratoria fue publicada después de que López Obrador afirmara el lunes que su país tiene “las puertas abiertas” para Castillo y su familia, así como para “todos los que se sientan acosados y perseguidos” en Perú.
En la fecha se ha entregado al señor Monroy una Nota Diplomática mediante la cual se le notifica que tiene 72 horas para abandonar el territorio nacional.
— Cancillería Perú🇵🇪 (@CancilleriaPeru) December 20, 2022
El Congreso peruano despojó del cargo de mandatario del país a Pedro Castillo el 7 de diciembre, horas después de que este decidiera disolver el Congreso y desde entonces fue detenido. Luego, un juez en Perú dictó 18 meses de prisión preventiva en su contra mientras es investigado por los delitos de rebelión y conspiración.
Después de que Castillo fuera destituido y Dina Boluarte asumiera la presidencia, las calles de Lima (capital) y de otras zonas del país viven violentas protestas que piden la renuncia de la nueva mandataria, el cierre del Congreso y la convocatoria de una constituyente.
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