Las sirenas han seguido sonando durante toda la madrugada de este viernes en las ciudades de Gaza, Jan Yunis y otras zonas en todo el enclave costero palestino, donde los aviones de guerra israelíes han arrojado bombas contra la población civil, lo que ha dejado al menos 120 muertos, según fuentes médicas. El horror continúa allí a veces con bombardeos cada ocho minutos.
Los paramédicos y equipos de rescate han recuperado los cuerpos sin vida de al menos 10 miembros de una familia tras un ataque israelí a un edificio residencial en Jan Yunis, en el sur del enclave palestino.
Asimismo, un ataque israelí a un edificio residencial de cuatro plantas, en el campo de refugiados de Al-Bureij (centro), se ha cobrado la vida de al menos 17 personas, según ha informado Al Manar, citando a fuentes locales. “Hay personas vivas gritando bajo los escombros”, agrega el informe, barajando la posibilidad de que aumente la cifra de las víctimas.
El Ministerio de Salud palestino ha anunciado horas antes que al menos 1537 personas, incluidos 500 niños, han perdido la vida desde el inicio de las agresiones israelíes a la Franja de Gaza, el sábado, y más de 6000 han resultado heridas.
En Gaza, bajo total asedio israelí, la única central eléctrica ya está cerrada, debido a una escasez de combustible. Por tanto, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) alertó el jueves que el corte de la electricidad convertirá los hospitales en la Franja de Gaza en morgues y causará una catástrofe humanitaria.
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