Según una encuesta del Centro de Diálogo, casi todos los encuestados israelíes, 94 %, considera que el gabinete del primer ministro Netanyahu es el responsable de la “falta de preparación” en materia de seguridad, lo cual condujo al ataque sorpresa de los combatientes palestinos desde la Franja de Gaza, según ha informado este jueves el diario israelí Jerusalem Post.
Una abrumadora mayoría del 86 % de los encuestados, incluido el 79 % de los partidarios de la coalición del premier, han indicado que el ataque sorpresa desde Gaza es un fracaso para el gabinete de Netanyahu.
Así, la mayoría de los israelíes, el 56 %, que incluye el 28 % de los votantes de la coalición, cree que Netanyahu debería dimitir cuando finalice el conflicto con Palestina.
Además, el 52% de los encuestados espera la dimisión del ministro de guerra israelí, Yoav Gallant. La mayoría ha afirmado que no confia en el gabinete para dirigir el conflicto.
El sábado, el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) lanzó la operación ‘Tormenta de Al-Aqsa’, un ataque sorpresa de múltiples frentes que incluyó una andanada de lanzamientos de cohetes e infiltraciones en los territorios ocupados por Israel por tierra, mar y aire. Durante el conflicto han muerto por el momento 1300 israelíes.
HAMAS aseveró que la operación era una represalia por el continuo asalto a la Mezquita Al-Aqsa en la ocupada Al-Quds (Jerusalén) y la creciente violencia de los colonos israelíes contra los palestinos, los cuales se han intensificado con la llegada al poder del gabinete de extrema derecha de Netanyahu, incluido su ministro de seguridad, el extremista Itamar Ben Gvir.
Tras no poder con los combatientes palestinos, el régimen israelí empezó a lanzar ataques indiscriminados y brutales contra la Franja de Gaza y ha impuesto “un asedio total”, a Gaza, privando a los residentes del enclave costero del agua, la electricidad, los alimentos y el combustible en medio del conflicto en curso como un “castigo colectivo”, tal como denunció el lunes la oenegé Human Rights Watch (HRW), señalando que la medida es “un crimen de guerra”.
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