• Trabajos de construcción en el asentamiento israelí de Ramat Shlomo, en el este de la ciudad ocupada de Al-Quds, (Jerusalén), 12 de noviembre de 2020. (Foto: AFP)
Publicada: martes, 3 de agosto de 2021 16:36

Israel planea ratificar un proyecto de construcción ilegal y muy controvertido que cambiará la demografía de la ciudad de Al-Quds y el estado de sus fronteras.

El sitio web de noticias Arab48 informó el lunes que el régimen israelí tiene la intención de promover un plan que busca expandir el asentamiento de Atarot en el norte de Al-Quds (Jerusalén), que incluye la construcción de alrededor de 9000 nuevas unidades.

Según el informe, el plan tiene como el objetivo ampliar y cambiar las fronteras de la ciudad ocupada palestina y desmembrar las aldeas palestinas ubicadas en la zona.

Una vez finalizado, el proyecto habrá dividido las comunidades palestinas, reduciendo así su número en la ciudad a cambio de aumentar la población de colonos.

El proyecto cuenta con una zona industrial, centros comerciales, hoteles, reservorios de agua y otras instalaciones.

 

El enorme proyecto en Atarot incluye la construcción de un nuevo vecindario que consta de 9000 unidades que el régimen israelí tiene la intención de establecer en las tierras cerca del Aeropuerto Internacional de Al-Quds (Kalandia) hasta el llamado ‘muro de separación’, de modo que el muro separe el nuevo vecindario y las áreas palestinas en las cercanías de la ciudad, como Kafr Aqab, lo que supuestamente agrandaría los contornos de la ciudad a favor del régimen ocupante.

El proyecto solía ser defendido apasionadamente por el exprimer ministro israelí Benjamín Netanyahu. Sin embargo, el plan provocó una oposición política generalizada en Estados Unidos y Europa, y fue congelado y pospuesto por orden de la oficina del mismo Netanyahu.

Después de una congelación que duró más de un año, el plan ahora está sobre la mesa y el regimen israelí busca enderezarlo antes de una visita pendiente del primer ministro Naftali Bennett a la Casa Blanca.

Israel busca seguir adelante con la implementación del proyecto, a pesar de las fuertes advertencias internacionales de que el régimen está alterando el statu quo en Al-Quds, que está entrecruzado con diferentes comunidades religiosas y demográficas.

El 9 de julio, el relator especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en los territorios ocupados, Michael Lynk, pidió  a la comunidad internacional que determine la construcción de los asentamientos israelíes como un crimen de guerra.

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